Tiempos Modernos. La Escena.
El vendedor mecánico y la Máquina de comer Belops.
Tiempos Modernos es una gran película.
La idea es grande, pero las pequeñas ideas que configuran la idea total lo son más.
Las escenas en la cadena de montaje son un claro ejemplo de esto. Chaplin toma carrerilla atornillando a dos manos piezas que ni él ni nosotros sabemos para que sirven. Se descuida y pierde velocidad, y hasta llega a caerse dentro de la máquina. Es tal su inmersión en el trabajo de atornillado que cada vez que ve dos piezas redondas juntas (véase dos botones) siente el imperioso deseo de atornillarlas.
Pero la escena más grande es la de la Máquina de comer Belops.
Chaplin es designado para probar la Máquina de comer Belops, que ahorrará en gastos y en tiempo a la fábrica. Ya no habrá descanso para la comida, la Máquina de comer Belops se encargará de todo: un sistema mecanizado de platos y esponjas limpiadoras de lo más funcional. De primero, sopa, sin cuchara. De segundo carne, sin cubiertos. Y llega la mazorca de maíz, que gira y gira para poder ser comida. Pero la mazorca se descontrola y no para de girar, y sus granos inundan la máquina, al jefe, y a los espectadores. “Empezaremos otra vez con la sopa”. La Máquina se descontrola y empieza derramarlo todo. Solo parece mantenerse la esponjita limpiadora, cuyo sonido está de lo más logrado.
“No me interesa, no es práctica”. La respuesta del magnate era de esperar. Triste y decepcionado, el imaginativo señor Belops abandona la fábrica.
Tiempos Modernos es una gran película.
La idea es grande, pero las pequeñas ideas que configuran la idea total lo son más.
Las escenas en la cadena de montaje son un claro ejemplo de esto. Chaplin toma carrerilla atornillando a dos manos piezas que ni él ni nosotros sabemos para que sirven. Se descuida y pierde velocidad, y hasta llega a caerse dentro de la máquina. Es tal su inmersión en el trabajo de atornillado que cada vez que ve dos piezas redondas juntas (véase dos botones) siente el imperioso deseo de atornillarlas.
Pero la escena más grande es la de la Máquina de comer Belops.
Chaplin es designado para probar la Máquina de comer Belops, que ahorrará en gastos y en tiempo a la fábrica. Ya no habrá descanso para la comida, la Máquina de comer Belops se encargará de todo: un sistema mecanizado de platos y esponjas limpiadoras de lo más funcional. De primero, sopa, sin cuchara. De segundo carne, sin cubiertos. Y llega la mazorca de maíz, que gira y gira para poder ser comida. Pero la mazorca se descontrola y no para de girar, y sus granos inundan la máquina, al jefe, y a los espectadores. “Empezaremos otra vez con la sopa”. La Máquina se descontrola y empieza derramarlo todo. Solo parece mantenerse la esponjita limpiadora, cuyo sonido está de lo más logrado.
“No me interesa, no es práctica”. La respuesta del magnate era de esperar. Triste y decepcionado, el imaginativo señor Belops abandona la fábrica.
3 cosas (no) relacionadas:
Con lo práctico que sería... La expresión 'tomar salsa HP por un tubo' nunca habría sido tan apropiada.
Jajaja, vaya era un buen invento... es una pena que no funcione. De todos modos me gusta más El Gran dictador...
Jajaja, vaya era un buen invento... es una pena que no funcione. De todos modos me gusta más El Gran dictador...
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