Mostrando entradas con la etiqueta Escenas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Escenas. Mostrar todas las entradas

lunes, 27 de octubre de 2008

La Leyenda del Indomable - La Escena

Hace un noche calurosa de tormenta de verano. Dragline (George Kennedy) está comentando con los demás lo tragón que es Luke Jackson (Paul Newman), lo tachan de exagerado, pero sigue insistiendo:
- Puede tragarse diez pastillas de chocolate y siete litros de leche en quince minutos.
Luke, tumbado en la cama, tiene la mirada perdida, cegada de vez en cuando por el destello de la tormenta. No parece prestar atención, pero en un momento suelta:
- Puedo comerme 50 huevos
Las caras de sus compañeros de barracón son indescriptibles.
- Nadie puede comerse 50 huevos
- En una hora
Comienzan las apuestas. 2 dólares. 20. 50.

Los huevos están listos.
Luke empieza. Engulle con rapidez los 32 primeros huevos, luego la cosa se va poniendo fea.
Planos muy cortos nos acercan a las caras de los otros presos: ojos que se salen de las órbitas, poros supurando, mandíbulas haciendo amago de masticar.
Los presos se agolpan, expectantes, sobre la mesa de madera. Sufrimiento, tensión...sensaciones que se trasladan a los espectadores, que movemos la mandíbula para intentar ayudar al pobre Paul... Al final Luke lo consigue y Dragline gana las apuestas. Y allí se queda tendido sobre la mesa cual cristo crucificado. El hombre que comió cincuenta huevos en menos de una hora. Cool Hand Luke.

http://www.youtube.com/watch?v=19dIJy5LgsQ

lunes, 6 de octubre de 2008

Dos hombres y un destino - La Escena

Si a estas póstumas alturas, alguien no ha visto “Dos hombres y un destino”, se merece un SPOILER de esta envergadura. Este clasicazo del Western está plagado de momentos memorables de la historia del cine, desde en el que Sundance Kid se ve obligado a confesar que no sabe nadar hasta el paseo en bicicleta de Butch Cassidy con Etta Place.

Pero sin duda el más grande, un final glorioso donde los haya, es la escena con la que culmina esta obra maestra. Un final sencillamente perfecto, inmejorable, que lejos de dejar un mal sabor de boca, convierte la cinta entera en una circunferencia de trescientos sesenta grados en la que principio, nudo, desenlace y todo lo demás compiten por ver quien hace una curva más perfecta. Pero alejándonos de metáforas, me remito a la fecha en la que vi por primera vez esta película. La verdad es que no me dejó indiferente. Me chocó. No es un final normal, típico, previsible, y sin embargo tenía todas las papeletas para serlo. Todos sabemos que lo que ocurre es lo que iba a ocurrir; no hay otra opción. Y sin embrago el prolífico director George Roy Hill en una demostración más de su talento, paraliza, congela ese último fotograma y lo mantiene, con un sutil manejo del color y del zoom, mientras el sonido de balas continúa su fatal trayectoria...




lunes, 28 de abril de 2008

The Rocky Horror Picture Show. La Escena



Science FictionDouble FeatureDoctor X build a creatureSee androids fightingBrad and JanetAnn Francis stars in Forbidden PlanetOh Oh at the late night

DOUBLE FEATURE

PICTURE SHOW

Las imágenes hablan por sí solas.


Una de las mejores presentaciones de la Historia del Cine.

lunes, 3 de marzo de 2008

Tiempos Modernos. La Escena.

El vendedor mecánico y la Máquina de comer Belops.

Tiempos Modernos es una gran película.
La idea es grande, pero las pequeñas ideas que configuran la idea total lo son más.
Las escenas en la cadena de montaje son un claro ejemplo de esto. Chaplin toma carrerilla atornillando a dos manos piezas que ni él ni nosotros sabemos para que sirven. Se descuida y pierde velocidad, y hasta llega a caerse dentro de la máquina. Es tal su inmersión en el trabajo de atornillado que cada vez que ve dos piezas redondas juntas (véase dos botones) siente el imperioso deseo de atornillarlas.

Pero la escena más grande es la de la Máquina de comer Belops.
Chaplin es designado para probar la Máquina de comer Belops, que ahorrará en gastos y en tiempo a la fábrica. Ya no habrá descanso para la comida, la Máquina de comer Belops se encargará de todo: un sistema mecanizado de platos y esponjas limpiadoras de lo más funcional. De primero, sopa, sin cuchara. De segundo carne, sin cubiertos. Y llega la mazorca de maíz, que gira y gira para poder ser comida. Pero la mazorca se descontrola y no para de girar, y sus granos inundan la máquina, al jefe, y a los espectadores. “Empezaremos otra vez con la sopa”. La Máquina se descontrola y empieza derramarlo todo. Solo parece mantenerse la esponjita limpiadora, cuyo sonido está de lo más logrado.

“No me interesa, no es práctica”. La respuesta del magnate era de esperar. Triste y decepcionado, el imaginativo señor Belops abandona la fábrica.





Comenta con nosotros. Hasta el pequeño Cthulhu lo hace desde su nuevo móvil con tecnología 3G.

Comentad, comentad. Cuanto más comentéis, antes volverá Cthulhu desde su encierro abisal en R'Lyeh.