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domingo, 13 de septiembre de 2009

Concierto Miguel Ríos 12-9-09



Buenos días, bienvenidos, hijos del rock and roll. Os saluda Nimendil, aliado de la noche. Como os prometimos, hoy toca crónica del concierto de Miguel Ríos que se celebró gratis, quiero decir, GRATIS, en la fiestas de Alcorcón este sábado. En esta ocasión si tenemos fotos, porque al equipo habitual de conciertos, Khazum y yo, se nos sumó esta vez Hada, nuestra experimentada fotógrafa. Además tuvimos el honor de contar con la compañía de otro reputado bloguero, el señor Guybrush, conocido por su Pepino.

Aunque me toque a mi presentar este artículo, cronológicamente soy el último en ponerme a redactarlo y cuento con la ventaja de haber leido el de mis dos compañeros. Y visto lo visto no voy a decir nada. Simplemente voy a dejar que leáis las crónicas de mi colegas, porque yo no lo haría mejor.


Sólo diré que yo disfruté, a pesar de que para mi gusto estuvimos un poco lejos del escenario, pero bueno, fue una buena sesión de rock and roll, y Mike demostró que sigue en forma, hasiéndonos gosar guay del paraguay.

Sin más, Hada.


No se asiste a un concierto de despedida todos los días. Miguel Ríos confirmó ayer ante un público compuesto de nostálgicos y rockeros, que tiene más que merecido su puesto entre los grandes de la música española y que su plaza en la historia está garantizada.
En el concierto de ayer ofreció todo lo que uno espera recibir en un concierto, incluso más.
El primer bis se hacía esperar, pero el segundo (maneras de vivir, mis amigos) cerró con broche de oro una noche de rock y emoción.


Nada de lo que vimos anoche justifica una despedida de los escenarios. Enérgico, simpático, entregado e incansable. Así se mostró Miguel Ríos en la noche fresca del sábado, mientras nos regalaba un repertorio plagado de clásicos de todos los tiempos. No faltaron esas grandes canciones que han aparecido en algún momento en nuestra vida: Bienvenidos, El blues del Autobús, Rocanrol boomerang, Santa Lucía, Lua, Generación límite, Año 2000... No importa en cual de ellas Miguel cediera el micrófono al público, todas eran coreadas por este con las mismas ganas e intensidad. También tuvieron cabida algunos de sus nuevos temas, en los que el espíritu crítico de sus inicios, intacto, se actualiza.
Miguel Ríos no se ancló en el pasado, nunca ha perdido su alma reivindicativa, no se ha transformado por el éxito, nunca cambió su estilo ni su rocanrol. Por eso es grande. Por eso ayer, familias enteras cantaban con entusiasmo sus letras, los grandes con nostalgia, los chicos con tristeza por no encontrar un sustituto en la música actual.


Miguel Ríos, un genio, un figura. Un showman que sabe encandilar, manejar y emocionar a su público, que logra que entres en el concierto; que sientas que él, desde el escenario, está cantando para ti.
Se ríe, bromea, habla con el técnico de iluminación, baila, sube, baja, presenta a sus músicos, agradece a unos y a otros, interacciona con el público, y por supuesto, canta, y parece que lo hace con toda la facilidad del mundo, con su característica voz, más rockera que nunca.


Aquí llega, por último, la opinión de Khazum, el "experto" en este tipo de eventos. Esta vez el concierto se presentaba más animado que en otros anteriores, no solo contabamos con la compañía femenina y la experiencia fotográfica de Hada, sino que además se nos había unido uno de nuestros queridos amigos y lectores: Guybrush. Todo pronosticaba una noche de buen rock&roll, si la lluvia lo permitía, en la que podríamos disfutar y despedir a un grande de la música española: Miguel Ríos, nuestro querido Mike.


Estabamos los cuatro tomando posiciones cuando comenzaron los acordes de "Memorias de la Carretera", el tema estrella del último trabajo del artista y que recuerda, tanto en el ritmo como en la letra, al estilo que siempre ha caracterizado al granadino. El estadio estaba a rebosar de gente, de todas las generaciones, pero fue cuando le llegó el turno al !!Bien-ve-ni-dos¡¡ cuando todos comenzaron a vibrar. Fueron dos horas y cuarto de concierto, con dos bises, en las que Miguel Rios nos deleitó con temas del último albúm: "En el ángulo muerto", "Bajo la lluvia", sin olvidar los grandes temas que le han llevado a la fama en su larga carrera músical como el "Blues del autobús", "Rocanrol boomerang", "El río", "El himno de la alegría", y un emotivo "Santa Lucía".


La puesta en escena fue realmente impresionante: varias pantallas, señales de tráfico, un sonido realmente limpio y sin perturbaciones y un buen juego de luces que acompañaban y le daban un toque detallista a los temas que en Alcorcón se pudieron oir. A parte hay que destacar el buen hacer de Miguel Rios, que como ya ha comentado Hada, no sólo supo estar en todo momento con el público, sino que supo ganarselo y darle lo que se merecía. Arriba, abajo, a la derecha, a la izquierda, unas sentadillas, una subida de rampa, una bajada de rampa, movimiento de caderas, ahora canto en el suelo... !realmente impresionante¡. Yo creo que aún tiene mucho que dar, pero si el ha elegido poner fin a su carrera musical y retirarse en lo más alto, respeto su decisión. Ya podrían aprender los Rolling Stones.


Fue una noche de reivindicaciones, de bluses, de rock&roll; con piano, con guitarra, con bajo, con armónica y con la voz potente de Mike. El público estuvo entregado desde el primer momento, si había que mover las caderas, se movían, dar palmadas, gritar, corear... !lo que fuera¡. Lo único que eché de menos fue el "Vuelvo a Granada" con el que esperaba que se despidiera. No fue así, pero no tengo queja alguna. Fue una noche especial, con rock&roll de gran calidad, y encima, producto nacional. Miguel Rios se ha hecho un hueco entre los más grandes y se lo tiene merecido.


domingo, 6 de septiembre de 2009

Medina Azahara + Saratoga + Muro + Mr Rock + Quinta Enmienda

Buenas tardes, aquí Nimendil. Ayer estuvimos Khazum y yo en los conciertos de ROCK que se celebran GRATIS en Alcorcón con motivo de sus fiestas. Y entre lo tarde que terminaron los conciertos, lo lejos que está Alcorcón de la mansión Sima de Rol y que la OMS recomienda dormir un mínimo de 8 horas diarias, esto es lo más pronto que he podido pasarme por aquí para hacer una reseña de la noche. Normalmente nos esperamos un par de días para redactar las crónicas de conciertos, pero esta vez no lo vamos a hacer así. El motivo de esto no es que los conciertos no se merezcan algo más elaborado (que lo merecen de sobra), sino que nosotros, miserables reporteros, olvidamos la cámara y no tenemos ni una foto. Y una crónica sin foto no pasa de la categoría de reseña. Y publicar una reseña tres días después del concierto es cutre. Así que aquí vamos. Voy yo con lo mío, y cuando Khazum se despierte pondrá su parte.

Comenzaron Quinta Enmienda, un grupo local. Buena impresión. Ya comentaba el otro día que tenía una maqueta de estos tíos y no suenan mal. Aquí sonaron incluso mejor. No por calidad de sonido, que los teloneros suenan siempre algo distorsionados, sino por calidad de la música. Me dio la sensación que tenían un sonido bastante más completo que lo que ya había oído de ellos. La nota fue que se marcaron una versión de Manowar.

Mr Rock también me gustaron. Nunca les había hecho mucho caso, porque me sonaba que eran un grupo de versiones, y de hecho lo son, e hicieron unas cuantas (de Scorpions, Whitesnake y un par de Sobredosis), pero suenan muy bien y sus temas propios tienen aire de hard rock clásico muy bueno.

Muro fueron sin duda los mejores de la noche. Soltaron bien de traya, todos sus clásicos, duros y potentes, abriendo con Sangre y Acero y culminando con Mirada Asesina, tema supercoreado, pasando por clásicos como Mata. El Silver, que es todo un fenómeno, dirigió la actuación como un grande. Incluso pidió que, con cuidado de no hacer daño a nadie, se montase una batalla de esas de dividir al público en dos y lanzarse en un pogo masivo a dar leches a los del otro lado. No fue tan espontáneo como el de Amon Amarth de principios de este verano, pero estuvo chulo. Y no sé que más decir, pero a mi me molaron un montón. Enormes Muro, enormes.

Después, me reconcilié con Saratoga. Hubo una época en que los escuchaba bastante, pero llevaba ya unos años sin seguirles la pista. Sabía que habían cambiado de vocalista y había escuchado las cosas nuevas en la radio, pero seguía teniéndoles manía. Esta manía era culpa de Leo, el anterior cantante, que, no me preguntéis porqué, pero me caía gordo. Él y sus moñerías. Pero bueno, como no era el el cantante pues me gustó la cosa y canté un montón de canciones que ni recordaba que me sabía. El nuevo cantante da la talla bastante bien, aunque parece un reclamo para adolescentes calentorras jevis, con esos musculitos y esa pinta de salir en Crepúsculo. Pero bueno, fue una buena actuación y recordé algunos temas que llevaba años sin escuchar, como el Vientos de Guerra, que es una canción genial. Y Nico del Hierro un tío estupendo. No sé porqué yo lo confundía físicamente con Jero Ramiro y me llevé una sorpresa al ver la buena melena que gasta.

Y como postre, a las tantas ya, y cansados de dar botes, salieron Medina Azahara. Que puedo decir. Con lo cursis que son los cabrones y lo duros que sonaban en directo. Ya sabéis como son sus canciones, todas muy cantables y muy buenas para ser coreadas por el público, que es lo que hicimos. Paz. Amor. Libertad. Cualquiera diría que son conceptos para corear por los hijos de la oscuridad, pero joder lo bien que sienta chillar lo de "nesesito rehpirar y sentir el aire frehco y desssir cada mañana que soy libre como el vientooooooo". La verdad es que yo, que disfruto con las cursiladas, me lo pasé como un enano. Aunque si les pondría una pega. La voz y los teclados sonaban muy apagados durante las canciones. El solo de teclado si fue muy bueno, con una versión instrumental de Deep Purple y todo, pero durante las canciones se perdía. Y hablando de solos, todos hicieron el suyo y fueron todos bastante buenos. Podría poner otra pega, que es que al final salió Leo Jiménez. Mira que estaba yo contento por no verlo con Saratoga, pues va el muy chulo y sale con Medina. Pero bueno, página aparte, también salió Nico a aporrear un poco el bajo y eso lo compensó.

Hay que decir que todo el concierto se celebraba como homenaje al fallecido Javier Gálvez, manager de multitud de bandas de rcock español. Todos le rindieron muy sentidos homenajes.

Y antes de terminar quiero alabar una vez más los huevos de metal que tienen en el ayuntamiento de Alcorcón para traer a los geniales grupos que traen siempre a sus fiestas. Qué sea así muchos años, por Crom. No olvidéis que el sábado queviene toca Miguel Ríos. Los que podáis ir, no os lo perdáis.

Y ya no tengo nada más que decir, salvo, y como conclusión personal de la velada: Speed Metal a tope, la banda más dura. El grupo mas duro se llama: ¡MURO!



Hola gente. Aquí llega ya tito Khazum para dar su habitual segunda opinión de los hechos más relevantes del rock y el heavy metal. Esta vez será muy resumida, porque no creo que sea necesario comentar más de lo que ha dicho Nimendil.

En primero lugar salieron los Quinta Enmienda, que en su escasa media hora de actuación sorprendieron al poco público que allí se congregaba. Una actuación rápida, buena, y con confianza. Como ya ha dicho Nimendil se atrevieron con una versión de Manowar, que si no recuerdo mal era el "Master of the wind". La pena, el sonido.

Rápidamente salieron Mr. Rock dando una hora de buenas canciones, la mitad versiones, con un sonido limpio pero potente. Entre ellas estaban el "ojo del tigre" (Muy cursilona), pero que arreglaron con un íncreible "!!Alíate¡¡ !!Alza tu bandera¡¡ !!La nuestra es la del rock¡¡"


Tras una pausa de unos veinte minutejos salieron los reyes de la noche, Muro, a darle caña con todos sus temazos. Fue lo mejor de la noche aún cuando tocaron sus "pasuadas y tranquilas" baladitas. Un espectáculo increíble. Como anécdota graciosa, comentar que con el paso de la edad el movimiento de melena ya no es el que era, y no lo digo porque no moviera la cabeza...

Después salieron Saratoga, que a pesar de darle bastante tralla al asunto y de que la nueva maricona del grupo interactuara todo el rato con el amado público, no consiguieron dejarme igual de satisfecho que los Muro. Creo que las adolescentes buenorras quinceañeras que allí se agrupaban no pensaran lo mismo. Pero ya se sabe:
"Tiran más dos tetas que dos carretas".

Y por último los cabeza de cartel de la noche: Medina Azahara. Un grupo de heavy metal con toques de Camela. No se si será por los teclados y por la voz quejosa propia del canté andaluz. De todas maneras consiguieron dar un buen concierto tocando temas de su nuevo disco y los temazos de siempre. Fue una hora y media para cantar, saltar, dar palmas y disfrutar de la pasión que le ponía el tío de los teclados, que para estar en segundo plano se movía como el que más. Fueron los únicos que incluyeron un solo de teclados, de batería y de quitarra. !Genial¡

Pues esto es todo, antes de terminar solo quiero aprovechar este espacio para cagarme en el Google Maps. (Nimendil lo entenderá). También me gustaría romper una lanza por la organización de este tipo de conciertos que desde hace años, y a pesar de todas las críticas que recibe, se consigue poner en pie dando grandísimos resultados. !Enhorabuena¡

Ýa solo nos queda esperar una semana para oir el: "Buenas noches, bienvenidos !!HIJOS DEL ROCK AND ROLL¡¡ "

Hasta la próxima

jueves, 3 de septiembre de 2009

Noticias Frescas: Fiestas de Alcorcón

Buenas noches amigos. Hago esta breve aparición a estas horas para hablaros sobre las fiestas de una pequeña localidad madrileña (Alcorcón) que en estos dias tienen lugar. Las fiestas consisten en todo tipo de actividades ocio-culturales, capeas, fuegos de artificio y otras gilipolleces varias. Pero vamos a lo que de verdad nos interesa: los conciertos.

Y es que una de las actividades que organizan son unos conciertos gratuitos. Pensaréis: ¿gratuitos?. Sí amigos, pero esta vez gratuito y mierdero no van de la mano. Si en las fiestas de los dos ultimos años nos han podido deleitar con grupos de la talla de Stratovarius, Obús, Gwendal y Jethro Tull, este año, y a pesar de la crisis, no cae el nivel. Este año las estrellas serán Medina Azahara, Saratoga, Muro y Mr. Rock. !¿quién da más?¡



Pero eso no es todo amigos, si os parece poco, el Gran Miguel Rios dará un concierto el día 12 como traca final de las fiestas. Asi que en Sima de Rol no podíamos dejar pasar la oportunidad de ir y por su puesto de avisaros a todos los que buenamente podáis o queráis ir a pasar unas estupendas noches de rock&roll y de metal por el precio de nada.

Los horarios son:

-Sábado 5 de Septiembre, 20: 30h: Actuación de Medina Azahara, Saratoga, Muro, Mr. Rock y Quinta Enmienda (un grupo de la localidad)

-Sábado 12 de Septiembre, 22:00h: Actuación extraordinaria de Miguel Ríos en su gira de despedida.

Ambos conciertos son en los campos de futbol Urtinsa. Metro: Puerta del Sur (Línea 10 y 12)

Os adjunto el link por si queréis ver el programa al completo: http://www.ayto-alcorcon.es/portal/agendaeventos?detalle=21916


Si podéis. No os lo perdáis.

domingo, 14 de septiembre de 2008

Jethro Tull & Gwendal en concierto

El pasado viernes día 5 se celebraron las fiestas de Alcorcón. Con ese motivo, el ayuntamiento organiza unos conciertos gratuitos que, cosa impresionante, son de heavy rock. El año pasado la cabeza de cartel fueron Stratovarius y creo que también tocaron Muro y Obús, aunque no lo sé a ciencia cierta porque yo no pude ir. Hada si fue, así que preguntadle a ella.

Pero este año, atención, los que tocaron fueron Jethro Tull y Gwendal, dos grupos que me encantan. Y como no nos lo podíamos perder, para allá abajo nos fuimos Khazum, Helkewyn y yo, Nimendil.

Aunque todo el material gráfico es de Khazum, amablemente me ha cedido la palabra para introducir el post y comenzar a hablar sobre el concierto.

Pues bien. He de decir que ver a Jethro Tull en directo es una de las cosas que yo siempre había deseado hacer. Y la verdad, lo había dado por perdido, porque las pocas veces que habían venido por aquí nunca pude ir. Pero allí estaba yo, en los campos de fútbol del polígono Urtinsa, mirando un escenario oscuro y vacío. Y de repente, sobre ese escenario estaban Jethro Tull. Casi no me lo podía creer. Ahí arriba estaba Ian Anderson levantando la pierna y tocando la flauta. Y yo lo estaba viendo. En verdad os digo que me emocioné.


¡Que descarga de rock! Que potencia, que energía. Por Crom, nunca una flauta había sonado tan dura y poderosa. Y que guitarras... Siempre he dicho que Martín Barre, guitarrista de los Tull, es un músico eclipsado. La carismática personalidad de Anderson siempre ha dejado al resto un poco apagados y ciertamente no se lo merecen. Porque lo que vimos sobre ese escenario era digno de los más grandes de las seis cuerdas, que guitarreos, que punteos orgásmicos, que sólos tan impresionantes.


Los temas que desgranaron fueron todos los que cualquiera querría escuchar. Los mejores de la banda, los más clásicos. Yo eché de menos el Songs from the Woods, pero lo compensaron con la Boureé. Técnicamente los ejecutaron a la perfección, en unos niveles de virtuosismo que no había visto desde hacía mucho tiempo, incluyendo un buen sólo de batería y bastante protagonismo de cada instrumento.

Anderson, como siempre ha sido él, dirigiendo el espectáculo, contando historias entre canción y canción y, todo hay que decirlo, aplaudiendo mucho al resto del grupo. Pero sin duda el es el líder, el alma de la formación. No para quieto ni un momento, con sus bailes, sus saltos, esas miradas suyas, derrochando carisma por todos sus poros, un auténtico showman.


En definitiva, Jethro Tull nos demostraron aquella noche que son un grupo de rock con todas sus letras. Más duros que cualquiera. Sus grandes temas, la profesionalidad y el buen hacer que tienen los encumbra entre los grandes del rock. Y todo esto a sus años, todos rondando los sesenta. Grandiosos, en verdad, grandiosos. Después de haberlos visto ya puedo morirme tranquilo, iré al Valhalla seguro. Con los vientos fríos de los Tull, además.

Después de Jethro salieron los Gwendal. Parece extraño, siendo los Tull un grupo de más renombre. Anderson lo explicó. El es un señor señor mayor y le gusta irse pronto a la cama. Así que Gwendal salieron después.

Que puedo decir de Gwendal. Con lo que me a mi me gustan. La de fantasía que habré leído escuchándolos. La de partidas que habrán ambientado.


La pena es que no pudimos verlos hasta el final. Sobre la una y pico tuvimos que irnos, porque sólo cuando ya estábamos allí a Helk se le ocurrió que podíamos haber usado su coche. Así que tuvimos que ir a pillar el metro para no quedarnos allí aislados toda la noche en territorio cani.

Si los Tull sonaron duros, Gwendal trajeron la fuerza de la tormenta con ellos. ¡Que potencia! Vaya base rítmica. Cada golpe del batero se notaba como si te lo diese directamente en el pecho. Y las cuerdas de acero del bajo tronaban como si las golpease el mismo Thor. Y sobre esa tormenta cabalgaban la flauta y el violín, trayendo melodías de otros tiempos.


Sin embargo, no alcanzaron la excelencia técnica de los Tull. La guitarra me disgustó. Para hacer esos solos que irrumpen de vez en cuando en las canciones, el tipo no quitaba la distorsión y el sonido se estropeaba mucho. Pero esa es la única pega que podría ponerle a su actuación. El resto magnífico.

Porque... ¿qué es lo mejor de la vida? La extensa estepa, un caballo rápido, halcones en tu puño, el viento en tu cabello y Gwendal en tu walkman.


Buena crónica del concierto maese Nimendil, poco más se puede decir, aunque veré lo que puedo hacer.

La verdad es que para mí ver a Jethro Tull en directo fue fascinante, no solo por el espectáculo que dieron sino porque creí que me iba a quedar sin verles en concierto como me pasó con Queen. Así que cuando miré al escenario oscuro y abandonado y de repente apareció Doane Perry, aporreando la batería con sonidos de ultratumba que reverberaban en todo mi pecho, se me quitó un poquito la espina que tenía clavada.


Fue un verdadero show desde el principio, el que nos brindaron los Tull, y todo en conjunto: las piernas voladoras y las posturas y gestos de Ian Anderson, los punteos y guitarreos espectaculares de Lancelot Barre, los acompañamientos de batería y el solo de Doane Perry, las melodías acompasadas del teclado de Andrew Giddings y por supuesto el ritmo y clase de Noyce con el bajo.

En cuánto a los temas que tocaron, estuvieron bien escogidos, y muy bien tocados, desde el ‘Song for Jeffrey’ hasta el ‘Locomotive Breath’, pasando por un grandioso ‘Thick as a Brick’ que levanto el animo de todo el público. No fueron ‘in crescendo’ porque estuvieron en un alto nivel desde el comienzo de la actuación, y no me refiero solo a los temas que tocaron, sino también a las presentaciones y explicaciones que daba Anderson, “vaya pensé que éramos un grupo de rock…”.

Yo sí quiero destacar el auténtico y genuino solo de batería que se marcó Perry en mitad del concierto. Rápido, rítmico, acompasado y bestial, consiguió un solo en el sentido musical y presencial, ya que los demás componentes del grupo desaparecieron del escenario casi sin que nos diéramos cuenta, para darle más énfasis a los bombos, platos y platillos.

Llegó el momento de irse, y casi sin despedirse desaparecieron del escenario, todo el mundo comenzó a pedir ‘otra’, ‘otra’ y como era de esperar, el grupo nos brindó un maravilloso bis con un ‘Locomotive Breath’ verdaderamente explosivo y emotivo, en donde los Jethro, nos recordaron quienes eran.

Pero como todas las buenas cosas en esta vida, la actuación de los Tull, llegó a su verdadero final y era hora de decir ‘Adiós’, aunque, prefiero que sea un ‘Hasta pronto’.

Quizá yo eché de menos el ‘Cold wind to Valhalla’ que, aunque lenta, es una canción magnífica, pero la verdad es que me dejaron muy satisfecho y alegre por haber visto en un grandísimo concierto a una de las grandes leyendas del rock, Jethro Tull.


La gente se sumió en un sepulcral silencio y desánimo, tras la despedida de los Jethro Tull, pero pronto estaba allí Gwendal para remediarlo con sus alegres y vivas canciones que te conseguían transportar a un mundo fantástico.


Tengo que reconocer que de Gwendal solo había escuchado un par de canciones y que fui al concierto principalmente por Jethro Tull, pero también debo reconocer que me quede gratamente sorprendido con la música y los temas del grupo. Tanto con el sonido del violín, como por la flauta y sobretodo con el increíble trabajo del bajista. Y es que, siempre he dicho, que aunque un bajo no es tan espectacular como lo pueda parecer una guitarra, éste le da un ritmo a las canciones que verdaderamente marcan la diferencia. Por lo que, según lo dicho, me quedo con el bajo de Gwendal y sus vibraciones y con el ritmo de batería y violín.

Otra cosa, que creo que siempre funciona, es el mezclar rock y folk o algo de clásica, hace que sea otro tipo de música diferente, más viva, más alegre y más profunda.Y tristemente llegó la hora de marcharse y de abandonar a los Gwendal con sus flautas y flautines, violas y violines, y de volver a la realidad. Pero como dijo Terminator: ‘Volveré’.

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Comentad, comentad. Cuanto más comentéis, antes volverá Cthulhu desde su encierro abisal en R'Lyeh.