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jueves, 11 de junio de 2009

Reflexiones enviadas desde el futuro

Hola de nuevo, amigos. Ya que estabamos antes con Terminator, voy a seguir hablando del tema.

No creo que vaya a ver Terminator Salvation. Supongo que algún día, como curiosidad, la veré. De pasada, por hacer algo. Pero la verdad es que no tengo interés real en verla. ¿Por qué? Por que esta peli ya no es Terminator.

Terminator, como concepto, fueron dos películas: "The Terminator" y "Terminator 2: El Juicio Final". Y punto. Luego hay dos cosas, dos productos relacionados que son Terminator 3 y Las Crónicas de Sarah Connor. Son cosas, como digo, relacionadas, pero que no son realmente Terminator. Voy a hablar un poco sobre todo esto. Doy por hecho que todos sabéis de que hablamos, así que no voy a liarme con detallitos ni a avisar de spoilers. Además, creo que no se avisa sobre spoilers de hace más de 20 años.

The Terminator. Un peliculón. El futuro está controlado por un ejército de máquinas que libra una guerra contra los pocos supervivientes de la raza humana. La Resistencia está dirigida por John Connor, un carismático lider sin el que nada de esto sería posible. Por eso las máquinas deciden enviar un cyborg exterminador al pasado para que mate a la madre de Connor, antes de que este sea concebido y así evitar la amenza futura. John Connor, a su vez, manda a un soldado al pasado a proteger a su madre del terminator. Este soldado resulta acabar siendo el padre del propio John Connor, dando lugar así a una paradoja.

A pesar de la gran carga de ciencia-ficción, The Terminator no es una película de acción. Al menos no de manera principal. The Terminator es principalmente una película de terror. Una máquina intenta matar a Sarah Connor y no hay modo humano de detenerla. Es el peor enemigo posible. Ni todos los asesinos del cine de terror juntos son tan temibles como el terminator, pues el único objetivo de este es la eliminación de su objetivo y no parará hasta lograrlo o ser destruido, y esto último es casi imposible.

La escena culmen, el apogeo del terror en la cinta, llega cuando el cyborg sobrevive a la explosión del camión, y aparece, abriéndose paso entre las llamas, en su verdadera forma. La piel sintética se ha quemado por completo y la máquina avanza desnuda, mostranado su endoesqueleto cromado, cruel parodia del cuerpo humano. La escena de la fábrica es un momento de tensión cumbre, acentuado por el efecto del stop-motion. Perfecta.

Terminator 2: El Día del Juicio. Contradiciendo al refrán, esta si es una buena segunda parte. Retomando la idea de la anterior película, James Cameron utiliza el concepto para dar forma, esta vez sí, a una peli de acción. La historia nos sitúa años después de la primera película. Sarah Connor ha sido encerrada en un psiquiátrico y John va dando tumbos por familias de adopción. Las máquinas vuelven a enviar un cyborg exterminador, un modelo mejor esta vez, a matar a John Connor. El propio John manda a un terminator reprogramado a proteger a su yo del pasado.

La película es estupenda. Escenas míticas, plagadas de frases memorables y buenos momentos con Arnold Schwarzenegger y Linda Hamilton como grandes estrellas. También un peliculón. De un corte muy distinto a la anterior, pero aún así un peliculón. Además, la paradoja se complica, al meter en la trama al tipo que diseña Skynet basándose en los restos del primer T-800. Si las máquinas no hubieran enviado al primer exterminador, Skynet no hubiera existido. Además, si no lo hubieran enviado, John Connor no habría tenido que enviar a Kyle Reese y él mismo no habría nacido, anulando así el motivo del envío del primer terminator. Un bucle paradójico con doble causa-efecto.

Y así Terminator 1 y 2 conforman un todo, una historia contada en dos partes, distintas, pero que engranan con bastante perfección.

Y luego ya están los subproductos.

Terminator 3, una claro ejemplo de película recaudatoria. No aporta nada a la historia y manda a la mierda muchos de los conceptos de sus predecesoras. Tiene sus momentos, claro, como es inevitable en todas las pelis de Schwarzenegger, pero no pasan de ser anecdóticos.

Las Crónicas de Sarah Connor. Otro producto para lucrarse. Aquí si que intentaré no hacer mucho spoiler. La historia se sitúa entre T2 y T3. Hay que verla partiendo de la premisa de que es una serie y que obviamente no va a lograr igualar el listón de las películas. Pero aún así la primera temporada es bastante buena. En este caso el encargado de acabar con John es un terminator T-888, mejor que el modelo Chuache. A su vez, el John Connor del futuro, que no es tonto y sabe lo que todo futuro lider de la resistencia necesita a los 20 años, envía a una terminatrix modelo sexy para proteger al John del pasado.

La serie pretende relatar el día a día de los Connor, y los problemas que tiene John para combinar su vida de futuro lider de la humanidad con su vida de chico normal. Todo ello mientras luchan contra Skynet. Como digo, los nueve capítulos de la primera temporada mezclan todos estos elementos de manera bastante interesante.

La segunda temporada, sin embargo, es un despiporre. Empiezan a aparecer personajes secundarios por todos lados y que no vienen a cuento, hay un montón de capítulos de relleno y tramas que no llevan a ningun lado. Además, al final acabas odiando a todos los personajes. Al John porque es un gilipollas, a Sarah porque no hace más que hacer el imbécil y poner en peligro todo por lo que luchó cuando era Linda Hamilton, a Cameron porque está mal programada y se dedica a vivir su vida en de proteger el culo de John Connor, al hermano de Reese porque es un capullo que no se sabe bien que pretende y a su novia china del futuro, porque a pesar de estar bien buena es una cabrona que quiere cargarse a Cameron. Total que los únicos que se salvan son el agente Ellison y John Henry. Y encima, por Chrome, es todo tan puritano. John se echa una novieta. Y en toda la puta serie ¡sólo se dan un casto beso! Por favor.

El mejor ejemplo de lo mala que es la segunda temporada es que han cancelado la tercera y ya no va a haber más. El problema creo yo es que han pretendido ser demasiado ambiciosos, y han tejido demasiadas tramas que no han podido unir luego. Además, se han pasado por el forro todos los conceptos originales. Una de las mejores cosas de Terminator es que mandar a alguien al pasado es algo difícil. Por eso sólo envían gente de uno en uno. En la serie las máquinas del tiempo las deben vender en el todo a cien, porque hay más gente del futuro por ahí que pelos en el culo de un ewok. Y eso le quita toda la credibilidad al asunto. Porque si tan fácil es mandar gente al pasado, ¿por qué las máquinas no mandan todo un ejército de terminators al pasado a arrasar el mundo o John Connor a un par de batallones a protegerse a si mismo en vez de a una terminatrix con problemas de reprogramación?

En fin, que no. Si no la habéis visto, podéis ver la primera temporada. La segunda es una pérdida de tiempo y acaba cansando. Los pocos momentos buenos no compensan las carencias de guión y momentos de inactividad. Aunque hubo un capítulo que me gustó mucho, y que ya que estoy con el tema lo voy a comentar. Lo pongo entre paréntesis y en letra pequeña por si queréis saltároslo, ya que no es tema central de esta entrada.

(Es el capítulo 11, un capítulo totalmente de relleno sobre una trama paralela de Cameron. No pega nada en la serie, pero como corto de ciencia-ficción me parece muy bueno.
Resulta que Cameron, aparte de proteger a John Connor parece que tiene otras misiones programadas. Por las noches (como si los malos sólo atacasen a John de día) se va a la hemeroteca local a investigar, junto con el bibliotecario que es un paralítico muy simpático que se queda prendado de ella. Resulta que investigando encuentran a un tipo que sale en unas fotos del siglo pasado mirando al cielo en la fiesta de fin de año y que tiene una pintaca de terminator que tira pa'trás. Deducen, claro que está mirando al cielo para medir su coordenada temporal por la posición relativa de las estrellas. Claro, no podía ser que sólo mirase los fuegos artificiales o la luna o que estuviese colocado o algo. No. Así que se ponen a indagar y acaban descubriendo una historia apasionante. Un terminator había sido enviado al pasado, a una determinada coordenada espacial donde debía eliminar a un tipo que sería importante en el futuro. Entonces llega y mata al tipo que cree que es. Pero luego se da cuenta de que se ha equivocado, que lo han mandado un siglo antes y que ha matado al que no era. Y no sólo eso, sino que a matado al tío que iba a construir el edificio en el que un siglo después él tenía que matar a su objetivo. ¿Y que hace? Se dedica a invertir en terrenos y compra el solar del edificio, lo diseña, organiza la obra y lo construye él mismo. Durante la construcción del edificio, en la sala en la que va a celebrar el mitin su futuro objetivo, construye una falsa pared y se empareda dentro. Entonces se pone en función letargo a esperar un siglo, para cuando se cumpla la fecha en la que tiene que matar a su víctima, salir de la pared y ejecutarlo. Un plan genial y lleno de creatividad que nos enseña por qué debemos temer a Skynet. Por suerte, Cameron lo descubre, va al edificio, rompe la pared y machaca a ese cabrón metálico. Aunque viendo el capítulo me dio pena, porque era un terminator realmente gracioso y emprendedor. En fin, un buen cuento de CF, pero volvamos al post principal)


Y llegamos a Terminator 4. Esta peli transcurre en el futuro, después del Día del Juicio. Y ya está. Sólo con saber eso se quitan las ganas de verla. Ya no es Terminator. No tiene máquinas enviadas desde al pasado para cambiar el futuro. Ya no tiene gracia. Es sólo una peli de ciencia-ficción en la que hay una guerra de humanos contra máquinas. Mogollón de efectos especiales, mogollón de robots super malvados y cantidad de mierda digital. Tal vez si no la hubieran llamado Terminator 4 hubiera ido a verla. Paro así no. No como Terminator. Ya he escarmentado con Indi 4 y con Star Wars. No me van a pillar otra vez.

Y lo de John Connor es lo peor. No trago al Christian Bale. Me cae gordo. Y verlo encarnar a John Connor, uno de mis idólos de toda la vida, es muy doloroso. Si por lo menos fuera un John Connor molón, que fuese a hacer de esta una película épica, todavía, pero ver como la resistencia es liderada por semejante hortera me da nauseas. Y ni siquiera eso, porque se oye comentar que Connor no es lider de la resistencia, que el presente en el que vive no es el futuro para el que lo prepararon y no es más que un mindundis en toda la historia.

Así que no. No pienso ir a verla. Ya la veré un día en Antena 3 con anuncios.

Es que, joder, es lo que decimos siempre, ¿por qué harán remakes y versiones y segundas partes? Que hagan películas originales, con tramas nuevas. Mira que no podían dedicar parte de los presupuestazos que tienen para pagar a un tío que se curre un guión nuevo y original. Yo se lo hago gratis, si quieren. Pero no. Tienen que venir con sus millones a jodernos nuestras pelis de siempre.

Y yo os diré por qué lo hacen. Porque nos dejamos. Porque vamos a verlas. Ahora los señores productores se han dado cuenta que los que van al cine y los que compran merchandising son los frikis. Después de tantos años por fin se ha hecho la luz en sus obtusas mentes. Así que ahora se dedican a hacer películas para los frikis. ¿Les gustan los personajes de tebeo? Vamos a hacer pelis sobre ellos. Sobre todos ellos. ¿Les gusta La Guerra de las Galaxias? Pues vamos a hacer el doble de las que ya había. Y una de dibujos. ¿Les gusta Terminator? Pues vamos a darles dos tazas llenas.

Y no, cojones, no. No es así como debería ser. Y por eso no pienso ver Terminator 4, igual que no pienso ver ninguna de estas mierdas que hacen ahora especiales para frikis. Que se las queden en su puto Hollywood, igual que se pueden quedar a su puto Tom Cruise y a su puto Hugh Grant.

Porque no pienso verlos. A mi me gusta que hagan cine original. Como el que se hacía antes. Cuando no se tenía conciencia de que había una "sector friki". Un sector que parece que ha pasado a ser el sector gilipollas-sin-criterio. Por favor amigos, no bajemos el listón. No tenemos que tragarnos toda la mierda que nos mandan.

Hay que luchar por que se sigan haciendo cosas originales. Que se hacen, ojo, se hacen. Pocas, muy pocas, pero se hacen. Y es eso lo que hay pedir.

Y lo dejo ya aquí que no quiero enfadarme. Hala, nunca os rindais.

D&D en The Sarah Connor Chronicles

Buenos días, amigos frikis. Hoy vamos a ver un ejemplo de esos que nos gustan de juegos de rol en la tele. Pero sin mentiras, ni manipulaciones. Sólo juegos de rol.

En el último capítulo de las segunda temporada (y de toda la serie, tal como pintan las cosas) de The Sarah Connor Chronicles, nos encontramos con una partida de Dungeons & Dragons.

John Henry, en su proceso de aprendizaje, está jugando con Mr. Murch una partida. Murch es el Dungeon Master y John el único jugador.


John Henry tira percepción: un 1. Falla y no detecta a la Mole Sombría que está agazapada en el túnel de la mazmorra. La mole le hace un ataque de mordisco.


Como resultado del ataque, el PJ de John pierde tres puntos de golpe.


John Henry tiene el reglamento en su cabeza, y conoce perfectamente al enemigo al que se enfrenta. Sin ningún miedo, ataca.


Y saca un 20 natural. Casualmente, al hacer ese ataque crítico su PJ lleva una espada vorpal. Y ya sabéis lo que eso significa: decapitación directa. Sin tiro de salvación ni nada.

Mr. Murch está flipando cuando justo llega Catherine Weaver.


Y hace LA pregunta. ¿Quién va ganando? Claro, el bueno de Mr. Murch tiene que explicarle que este no es uno de esos juegos. La de veces que habré tenido que explicar yo eso, por Crom.

Y le cuenta a Miss Weaver que John Henry acaba de decapitar a una mole sombría. Y entonces Miss Weaver suelta el bombazo: ¿No ha pensado que John Henry puede hacer rodar el dado para sacar el número que quiera?

Mientras, John sigue en la mesa y dice: ¡Mister Murch, ya estoy listo para enfrentame al desollador de mentes! Tira el dado y dice impasible: 20.

Así que los terminators son capaces de calcular como tirar el dado para sacar lo que les conviene. Esto explica muchas cosas. Muchas dudas sobre masters cabrones se disipan ahora.

Bien, pues eso es todo. El próximo día hablaremos de los peligros de que tu master sea un terminator enviado del futuro para matar a tu PJ, un riesgo al que todos estamos expuestos. Y luego a las 10, otro artículo sobre Terminator, no os lo perdáis.

jueves, 28 de mayo de 2009

CN: The Nimendil Connor Chronicles

El otro día intentaron asesinarme. Os va a resultar difícil de creer, pero es necesario que lo entendáis. La supervivencia de la especie humana depende de ello. Empezaré por el principio.

Era viernes por la noche. Acabábamos de terminar la partida de rol y buscábamos algo de diversión. Nos reunimos con un grupo de apoyo nocturno sobre la dos y cuarto en la salida del subterráneo de Argüelles. Desde ahí subimos hacia nuestra zona preferida, buscando metal. Y vaya si lo encontramos.

En el grupo había cuatro mujeres, de las cuales una funcionaba a base de sustancias estimulantes y otra estaba técnicamente muerta, manteniéndose viva gracias a algún mecanismo de animación suspendida que no quiso revelar. Las otras dos eran gemelas con inestabilidad emocional y desórdenes psicóticos, escapadas de algún laboratorio. Con el pack de las gemelas estaban incluidos dos tipos de Andrómeda que buscaban lo que buscaban. Entre los que vinieron conmigo estaba Khazum, reportero de riesgo de SdR, siempre viviendo al límite, y otros dos duros jugadores de rol, Gotrek y Kayus, curtidos en mil mazmorras.

Y aún así, con semejante grupo de aventureros, no pudimos hacer nada.

Todo iba bien hasta que llegamos al territorio del cuero. Nuestro primer intento fue fallido: garito cerrado. Así que los aventureros del sector duro intentamos dirigir al grupo hacia la verdadera zona metálica. Ya nos dirigíamos al piso bajo de los bajos, valga la redundancia, cuando fuimos asaltados.

Una mujer, morena, ojos negros y ropa demasiado ajustada para su coeficiente cárnico, me cerró el paso.- Heeeey, colegaaa, Mordoooor-. Obviamente, la chica se había fijado en el parche del ojo de Mordor que luzco en el hombro de mi cazadora. Sexualmente excitada ante semejante despliegue de iconografía del lado oscuro, la mujer siguió entablando contacto conmigo. Yo no lo sabía, pero estaba recabando información. Se aseguró de nuevo con lo de Mordor, hasta que yo le aseguré que yo era de Mordor a muerte. Después se lanzó a indagar sobre mis gustos musicales. Con unas hábiles fintas verbales me sonsacó la información que quería.- Sí, me gusta Manowar, claro que me gustan. ¿Como no iban a gustarme, joder, si son los reyes del metal?-. Acompañé mi frase con un gesto de poder con mi puño. Ya estaba todo perdido: me tenía.

No se como no me dí cuenta, caí en su trampa facilmente, debía ser de una serie 2.1 de Infiltradores triple 8. La chica, o tal vez debería decir la máquina, me había localizado. Sabía que me gustaban Mordor y Manowar. No tenía mi ADN, pero eso era suficiente, sólo podía ser yo. La ofensiva comenzó cuando aquello que parecía ser una chica me ofreció su bebida. Ahí me dí cuenta de todo y rechacé la oferta, pero ella insistió.- ¿Qué pasa, no te fías de mí?- Pues claro que no, no me fiaba de ella y así se lo hice saber. Le dije que no la conocía de nada, y mi madre siempre me dice que no hable ni acepte bebidas de desconocidas con las que no tenga posibilidades de echar un polvo. Esta cosa/chica era desconocida y además no era mi tipo.

Mientras todo esto sucedía, mi grupo había aprovechado para huir. Dado que el comando que secundaba a la supuesta T-888 (cada vez estaba más seguro de esto) bloqueaba las escaleras de bajada, el resto de aventureros se refugió en alguna parte por el piso de arriba. Me habían dejado sólo. Solamente Khazum y Gotrek mantuvieron el tipo y se quedaron a unos metros de distancia, para darme apoyo visual, ese que no es efectivo pero te hace sentir mejor.

Al verlos intenté huir hacia ellos, pero entonces una segunda mujer, rubia teñida, ojos negros, ropa con estampado de leopardo, se lanzó sobre mí. Esta fue si cabe más agresiva que la primera. Con una mano firme como sólo puede serlo una mano de aleación de poliacero cromado, la segunda mujer hizo presa sobre mi culo, glúteo derecho exactamente, y me inmovilizó. La primera chica aprovechó entonces para cuestionar los motivos de mi rechazo a tomarme su bebida.- No puedo aceptarla -le dije- porque puede estar envenenada. A lo mejor eres un robot del futuro enviado para asesinarme. Puede que te envíe Skynet.

Entonces la chica negó. Negó a Skynet con tanta fuerza como San Pedro puesto de anfetas negando a Cristo.- ¡¡¿¿SKYNET??!! ¡¡NOOOOOOO!!- Fue tal la elocuencia de su negación que comprendí que, efectivamente, me hallaba frente a una Terminator. Una mujer normal me habría mandado a la mierda al decirle lo de Skynet. Y por si fuera poco, añadió: Además si a mí me enviara Skynet yo no sería un robot, sino un organismo cibernético-. Ajá, eso fue la prueba definitiva, tenía que comenzar mi huida.

Con una estudiada contracción muscular, liberé mi culo de la garra de la segunda terminator, y simulando un saludo enrollado hice un giro con el cuerpo que me permitió esquivar a la de la bebida y correr hacia mis compañeros. Aquellas dos cosas comenzaron entonces a gritarme y a increparme, con sus estridentes voces de arpías metálicas, preparándose sin duda para salir en mi persecución. Sólo estaban esperando que sus sistemas operativos diesen la orden fatal:

Primary target: Nimendil
Command:
TERMINATE

Me reuní con Gotrek y Khazum y emprendimos la huida. El resto del grupo se había refugiado en un local que ¡oh, no! no era un sitio de rock. Dudé si entrar ahí o no. Si entraba y las maquinas me perseguían sería mi fin.

Estaba yo perdido en esa vicisitud, cuando oí una voz a mis espaldas.- Ven conmigo si quieres vivir-. No era, como todos habréis esperado, la voz grave de Constantino Romero, sino una agradable voz femenina. Me volví, y allí estaba ella, preciosa y adorable, aunque tan fría y dura como el metal del que estaba hecha. Yo todavía no sabía eso, aunque no tardó en decírmelo.- ¿Quién eres y qué quieres?- Le dije. Su respuesta me confirmó lo que yo ya sospechaba.- Soy un organismo cibernético enviado desde el futuro-. Lo sabía.- ¿Has venido a matarme?- Más valía asegurarse...
- No.

Sin más preámbulos me indicó que la siguiera y salió corriendo. Yo corrí detrás de ella como un tonto. Ya nos habíamos presentado, y además, ella si que era mi tipo, así que no había ningún problema. Esquivando a los peludos, salimos de los bajos por el lado contrario a aquel en el que estaban apostadas las asesinas de Skynet. La chica se montó en una moto, una harley poderosa, y yo subí tras ella. Arrancó con un giro, quemando neumático, y salimos de allí a toda leche, justo para ver como las dos terminatrix locas corrían tras nosotros.

- ¿Así que eres una chica metálica del futuro, eh?
- Un organismo cibernético: tejido vivo sobre endoesqueléto metálico. Y no soy una chica, las máquinas somos asexuadas. Lo que ves es sólo una apariencia para facilitar las misiones de infiltración entre los humanos.
- Ehmmmm, si, ya. Ya lo sabía, eh. Oye, ¿y para qué estás aquí?
- Para protegerte. Esas mujeres que te han acosado son asesinas enviadas desde el futuro por Skynet para asesinarte.
- ¿Y para que quiere Skynet matarme? ¿Y tú protegerme? ¿Es que soy importante en el futuro?
- No. Eres importante ahora. El objetivo prioritario es salvar a John Connor, y salvandote a tí salvaremos a John Connor.
- ¿A John Connor?
- Si, a John Connor. John Connor es el líder de la...
- Ya sé quién es John Connor. ¡Yo moriría por John Connor!
- Negativo. Esa es una acción improductiva. Si tú mueres, John Connor no sobrevivirá. No debes morir por John Connor.

El disparo de un arma me devolvió a la realidad. La pareja de T-888's nos seguía en un coche. Una de ellas llevaba un arma automática de gran calibre y la disparaba hacia nosotros, asomada por la ventanilla. Mi terminator protectora esquivaba las ráfagas mortales con acertados quiebros y giros de la moto. Tomó un desvío y entró en una de las nuevas autopistas subterráneas del alcalde. Las cyborgs locas nos siguieron.

- Oye, ¿como te llamas?
- Soy una máquina. No tengo nombre.
- Pero...
- Si te gusta y ayuda a tus fantasías sexuales, puedes llamarme Cameron.
- Vale, Cameron, pues. Y dime, ¿como piensas librarte de esas cosas? ¿Puedes acabar con ellas?
- Si. Pero hay cosas más peligrosas que yo en estos túneles-. Cameron tomó un nuevo desvío y entro en un túnel en construcción.

- ¡¿Estás loca?! Ahí ponía no pasar, túnel en construcción. A esta velocidad vamos a matarnos llendo por aquí.
- Es improbable. Vamos en una motocicleta. Pero los terminators nos siguen en un coche. Es probable que vuelquen.

En los túneles, no me preguntéis por qué, se trabaja de noche, y aquello ebullía de actividad. El paso de nuestra moto iba sembrando el caos. Caos que recogían y multiplicaban las dos cyborgs asesinas con el coche. Cameron siguió por el túnel, hasta donde se unía con el tunel de frente. Allí al otro lado, una tuneladora avanzaba hacia nosotros, hacia la pared que unía los dos túneles, para ensanchar el agujero que habían abierto los operarios y por el que acabábamos de pasar.- ¡Frena, máquina loca, frena! ¡Por las pelotas de Crom, nos vas a matar a todos, zorra metálica!

- Negativo. Voy a esquivar la tuneladora-. Por los pelos no nos matamos. Pero la atractiva terminator parecía saber lo que hacía. En el último momento echó la moto a un lado y se escabulló entre la máquina y la pared de roca. El ruido que escuchamos a continuación, de las fresas de la tuneladoras destrozando un coche, no resultó muy prometedor para las cyborgs chifladas.

Cameron fue a comprobar que todo estuviese en orden. Si no estaban ya muertas las mató ella misma. Y también al conductor de la tuneladora, que protestó porque Cameron había destrozado las fresas para rematar a los cyborgs.

-Exterminadas. Vámonos-. Volvimos a montar en la moto y salimos a la superficie. Cameron condujo un rato, hasta llegar a una explanada, el parking de un enorme centro comercial, desierto a estas horas.

- Vale, y ahora, ¿puedes dedicar un momento a explicarme que pasa? ¿Por qué es tan importante que yo sobreviva? ¿Qué es lo que voy a hacer tan importante para ayudar a John Connor?
- Dentro de 6 días, 20 horas y 34 minutos, tu nuevo personaje, el que tardaste tres meses en diseñar, y que has jugado esta temporada, morirá en una partida. Una pifia de tu personaje dañará al personaje del sujeto identificado como Bano Tuk. Esto desencadenará una reacción psicótica en él y declarará una acción de ataque sobre tu PJ. Ese primer ataque no lo matará, pero le impedirá realizar acciones en los siguientes cuatro turnos, nada de lo que intentes servirá. Antes de que estos turnos pasen, el personaje de Bano Tuk habrá acabado con el tuyo.
- Que hijo de puta.
- Negativo, su madre...
- Ya, ya, es sólo una expresión. Quiero decir que siento odio hacia él por lo que ha hecho. Por lo que hará, quiero decir.
- Odio. El odio generará en tí un sentimiento de rechazo y reclusión que te alejará de tus amigos y las partidas de rol durante tres semanas.
- ¿Y eso ayudará al lider de la resistencia del futuro?
- Si. Durante ese tiempo de enfado con tus amigos no jugarás al rol, pero no estarás ocioso. Por fin encontrás el tiempo que siempre has querido para desarrollar por completo y pulir los detalles de tu propio sistema de juego: Piratas Temporales.
- ¡Oye! Un nombre cojonudo. Nunca he sabido que nombre ponerle a mi sistema. ¿Y que tiene que ver mi reglamento con la guerra contra las máquinas?
- Todo. Durante su juventud, John Connor jugará a tu juego. Jugará mucho. Se convertirá en uno de sus juegos de rol preferidos y se aprenderá todo el trasfondo de memoria. Los conocimientos adquiridos jugando a Piratas Temporales les serán de vital utilidad después del Día del Juicio.
- Y si yo hubiera muerto y Connor no hubiese conocido mi reglamento...
- Si no hubiera jugado a Piratas Temporales, a John Connor nunca se le hubieran ocurrido las ideas geniales que le permitieron escapar del campo de prisioneros Century, y habría muerto electrocutado, enganchado en una alambrada de seguridad.
- Joooo-der... Hey, un momento, ¿y si Bano no mata a mi personaje?
- Lo hará.
- ¿Como puedes estar tan segura?
- Vengo del futuro. Sé como se van a desarrollar los acontecimientos. Además, tu pifia va a dañar la armadura de Iron Dwarf, el PJ del que Bano Tuk más se ha encariñado y eso le va a molestar mucho, porque ha gastado casi 100 monedas de oro en mejoras.
- Si, va a ser una putada para él. ¿Oye, pero que hay entonces de todo ese rollo de "No hay destino, sólo el que nosotros hacemos"?
- Es una falacia, una frase de ánimo para tiempos difíciles. Si hay destino. Tu destino es crear el juego de rol preferido de John Connor. Por eso querían matarte, y por eso te he salvado-. Sin emoción alguna, volvió a subir a la moto y se dispuso a marcharse.

- Hey, espera, ¿qué haces?
- Arranco la motocicleta para marcharme.
- Ya, ya lo veo, pero ¿y yo? ¿que pasa conmigo? ¿Ya no tienes que protegerme más?
- No. Skynet no mandará más cyborgs asesinos. Eres importante, pero no tanto-. Putas máquinas, siempre te dan la información de más que no necesitabas saber.

- ¿Pero no irás a dejarme aquí, verdad?
- Afirmativo. Tengo más objetivos a los que proteger.
- ¿Y no te pillan de camino a mi casa? Así me ahorro el paseo.
- Negativo. No me pillan de camino. Además, por la dilatación de tus pupilas, el ritmo anormal de tu pulso y el bulto de tus pantalones calculo un 80% de probabilidades de que tus intenciones para que te lleve a casa sean tener sexo conmigo.
- Bueno, yo...
- Soy una máquina. Un endoesqueleto metálico envuelto en tejido vivo.
- Si, pero es un tejido tan adorable...
- Afirmativo, me construyeron para generar esa reacción en humanos débiles como tú y facilitar mi labor de exterminio.
- ¿Pero ya no eres una asesina, no? ¿Ahora eres una cyborg buena, verdad?
- El término buena no se aplica a una máquina. Mi función primaria es el exterminio de humanos. Cuando me capturaron, John Connor me reprogramó para proteger a los humanos de otros terminators.
- ¿Y como te capturaron?
- Estaba realizando una misión de exterminio. El humano al que tenía que eliminar había puesto cepos electroquímicos en la entrada de su búnker y no me puede liberar.
- Ja, suena a algo que yo haría.
- Lo harás.
- ¿Lo haré? Espera, espera. ¿El humano al que intentaste exterminar era yo? O más bien, ¿voy a ser yo?
- Si. Pero no fue un intento, fue una exterminación exitosa.
- ¿Qué significa eso?
- Que yo te maté-. Y así, sin más, arrancó la moto y se alejó de mí, dejándome allí tirado, en medio de ninguna parte, con la terrible responsabilidad de crear el juego de rol preferido del líder de la resistencia humana contra las máquinas del futuro y con la no menos terrible certeza de que yo acabaría muriendo a manos de una bella cyborg asesina, la misma que me había advertido de ello. Y lo peor de todo, sabiendo que no podría resistirme a dejarla entrar en mi bunker por las posibilidades de tener sexo con ella, aunque me matase mientras, cual mantis de acero, inmisericorde en su labor de búsqueda y exterminio.

Y a pesar de todo esto, de todas estas responsabilidades para con el futuro, mi problema más grande seguía siendo no saber volver a casa.

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