El desvirgamiento rolero de Ene
Buenos días, amigos. Como ya comentamos por ahí, hoy toca post invitado. Nuestra joven amiga Ene jugó el otro día su primera partida y aquí nos presenta la crónica de su experiencia.
Lo primero, dije que traería documentación gráfica pero mis compañeros de partida no estaban muy a la labor de aguantarme a mí y a mi cámara, así que solo traigo una de mi figurita (¡Ya iré a Cimmeria a comprarme una de verdad, dadme tiempo!):
Bueno, soy una Elfo hechicera la mar de mona (16 en carisma) aunque mi Gormiti sea más feo que pegarle a un padre con un calcetín verde.
Éramos cinco jugadores y el máster, que también jugaba para ayudarnos un poco (excepto dos, ninguno de nosotros había jugado antes).
Como no había padres insensatos en el grupo que nos alojaran en algún salón, tuvimos que sentarnos alrededor de un banco en medio del parque. Allí sacamos los bártulos y rellenamos las hojas de personaje. Yo tuve la típica suerte de principiante en los dados (o eso decían, yo creo que fue mi estilo tirándolos) y me salió de 13 a 17 en todas las habilidades. Contra todo pronóstico, empezó a
Vale, empieza la partida: mi Elfo llamada Irenemo Enowyn viaja acompañada de su amiga de la infancia Andreos, una humana clérigo. (Todos los nombres son el colmo de la originalidad, sin comentarios sobre ellos) a una pequeña población, no muy lejos de su ciudad, que se encuentra en fiestas. Cuando llegamos a la entrada dos guardias nos piden que dejemos las armas que llevemos encima ya que no quieren disturbios en la celebración. Mi compañera solo lleva una daga y yo un bastón. Ella debe dejar la daga pero yo tiro los dados y consigo colar el bastón atribuyéndome secuelas de pierna rota inexistentes.
Entramos a la posada la cual está llena de gente. En el escenario hay un dúo animando el ambiente. Al cabo de un rato llegan personas que entran a un salón privado, un paladín intenta colarse pero le dicen que solo podrán entrar aquellos con una invitación exclusiva del rey y ataviados con ropas adecuadas. El paladín vuelve más tarde mejor vestido y lo dejan pasar. Después llega un enano al que le prohíben la entrada. Éste le pregunta al guardia que ocurre en el interior del salón y así nos enteramos de que se celebra un juego de dados con premios. Flirteando con el segurata y gracias a las habilidades como músico de mi amiga nos colamos en el salón (20 puntos que sacó, dejó con un palmo de narices al máster que se reía de nuestra “patética estrategia”). Llegan dos personajes más y comienza el juego. Vuelvo a tener suerte con los dados y gano un colgante de oro. Salimos fuera y las personas que se encontraban en el salón se dispersan por el pueblo. Cuando nos quedamos solas en la plaza deberíamos habernos olido algo (o cuando vimos al máster
Desde luego me he enganchado, me lo pasé como hacía tiempo que no me lo pasaba y estoy deseando seguir. Tenían razón cuando me dijeron que a mi me gustaría, tiene todo lo que debe tener un buen juego (Por lo menos para mi gustó) y el chico que hace de máster lo hacía muy bien (tiene 17 años pero el tío es un máquina, armado con sus libros de máster que le regalaron en la comunión)
Pues eso, que después de probar el rol en mis carnes soy incapaz de comprender a la gente que no le gusta. Pero yo creo que lo dicen porque no lo han probado y es muy fácil opinar lo mismo que todo el mundo (o porque no son humanos, lo cual es una opción perfectamente viable)
Un Saludo! (: