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viernes, 18 de septiembre de 2009

El desvirgamiento rolero de Ene

Buenos días, amigos. Como ya comentamos por ahí, hoy toca post invitado. Nuestra joven amiga Ene jugó el otro día su primera partida y aquí nos presenta la crónica de su experiencia.


Lo primero, dije que traería documentación gráfica pero mis compañeros de partida no estaban muy a la labor de aguantarme a mí y a mi cámara, así que solo traigo una de mi figurita (¡Ya iré a Cimmeria a comprarme una de verdad, dadme tiempo!):

¡Me duele la cara de ser tan guapo!

Bueno, soy una Elfo hechicera la mar de mona (16 en carisma) aunque mi Gormiti sea más feo que pegarle a un padre con un calcetín verde.

Éramos cinco jugadores y el máster, que también jugaba para ayudarnos un poco (excepto dos, ninguno de nosotros había jugado antes).
Como no había padres insensatos en el grupo que nos alojaran en algún salón, tuvimos que sentarnos alrededor de un banco en medio del parque. Allí sacamos los bártulos y rellenamos las hojas de personaje. Yo tuve la típica suerte de principiante en los dados (o eso decían, yo creo que fue mi estilo tirándolos) y me salió de 13 a 17 en todas las habilidades. Contra todo pronóstico, empezó a llover diluviar y tuvimos que guardarlo todo a la velocidad del viento perdigón (e irnos, claro) Eso ablandó el corazoncito de los dueños de una de las casas y nos dejaron instalarnos allí. (¡Si! ¡Una silla! ¡Por fin! Mi nuevo trasero cuadrado y congelado os lo agradece)
Vale, empieza la partida: mi Elfo llamada Irenemo Enowyn viaja acompañada de su amiga de la infancia Andreos, una humana clérigo. (Todos los nombres son el colmo de la originalidad, sin comentarios sobre ellos) a una pequeña población, no muy lejos de su ciudad, que se encuentra en fiestas. Cuando llegamos a la entrada dos guardias nos piden que dejemos las armas que llevemos encima ya que no quieren disturbios en la celebración. Mi compañera solo lleva una daga y yo un bastón. Ella debe dejar la daga pero yo tiro los dados y consigo colar el bastón atribuyéndome secuelas de pierna rota inexistentes.
Entramos a la posada la cual está llena de gente. En el escenario hay un dúo animando el ambiente. Al cabo de un rato llegan personas que entran a un salón privado, un paladín intenta colarse pero le dicen que solo podrán entrar aquellos con una invitación exclusiva del rey y ataviados con ropas adecuadas. El paladín vuelve más tarde mejor vestido y lo dejan pasar. Después llega un enano al que le prohíben la entrada. Éste le pregunta al guardia que ocurre en el interior del salón y así nos enteramos de que se celebra un juego de dados con premios. Flirteando con el segurata y gracias a las habilidades como músico de mi amiga nos colamos en el salón (20 puntos que sacó, dejó con un palmo de narices al máster que se reía de nuestra “patética estrategia”). Llegan dos personajes más y comienza el juego. Vuelvo a tener suerte con los dados y gano un colgante de oro. Salimos fuera y las personas que se encontraban en el salón se dispersan por el pueblo. Cuando nos quedamos solas en la plaza deberíamos habernos olido algo (o cuando vimos al máster descojonarse reírse en nuestra cara también) pero somos tan listas que ahí nos quedamos. Y llegaron los zombies, que predecible. Los otros jugadores (todos ellos guerreros) escondidos por ahí, y las dos desarmadas (aunque desarmados estábamos todos, recordemos que para entrar en el pueblo había que dejar las armas fuera) bueno, las dos más débiles solas delante de los zombies. Yo tenía dos hechizos de invisibilidad, pero solo podía usar uno por turno. Era ella o yo (jo, cuanta presión) Así que se lo di a ella para que se... ¡ah no! que me lo quedé yo y ella tuvo que correr hacia el vertedero, que era el lugar más cercano donde esconderse (jejejeje) De los seis zombies que entraron, tres se metieron en la posada y los otros tres fueron en pos de mi amiga hacía el vertedero, dónde estaba escondido otro de los jugadores: Chéchar, un elfo ladrón que se había colado también en la fiesta. Tiraron los dados y tuvieron suerte, los zombies no los encontraron. En la posada se encontraban los otros dos jugadores que, pasando de lo bonito que es el compañerismo (miradme a mi) estaban repartiéndose ostias golpes como panes. Aquí cabe destacar que uno de ellos tenía poco tino y en todas las tiradas le salía menos de cinco así que los golpes se volvían contra él. Acabó con un brazo descolgado y en el otro tenía a un zombie colgando. La espada se quedó enganchada en la lámpara, y era la única arma dentro de la ciudad, el resto estaban guardadas. El elfo drow (que también era el máster) se cargó a tres en la plaza, de los otros dieron cuenta en la posada los que estaban allí. Aquí ya eran las nueve de la noche, estaba diluviando y mi madre me llamó para decirme que me volviera antes de que apretara y no pudiera pasar el autobús. (¿Jo, y a quien le importa un chaparrón cuando hay un pueblo petado de zombies, mamá?-¿Está ahí lloviendo? – No – ¡Entonces no será para tanto, vuélvete ya!) Así que lo dejamos con cinco personajes en la posada; seis zombies muertos; yo invisible tirándoles las armas por la ventana y un Lich (juraría que se escribe así) entrando al pueblo. El viernes por la tarde (hoy, si los horarios son tan rígidos como dijo Ki) seguiremos con la partida; si encontramos un lugar donde asentarnos claro, porque llegamos a la conclusión de que las chicas con camisetas de Megadeth y 50% de pelo morado (véase una servidora) llaman mucho la atención en los lugares públicos (y en todos los lugares, Ene, si es que a quien se le ocurre...)

Desde luego me he enganchado, me lo pasé como hacía tiempo que no me lo pasaba y estoy deseando seguir. Tenían razón cuando me dijeron que a mi me gustaría, tiene todo lo que debe tener un buen juego (Por lo menos para mi gustó) y el chico que hace de máster lo hacía muy bien (tiene 17 años pero el tío es un máquina, armado con sus libros de máster que le regalaron en la comunión)

Pues eso, que después de probar el rol en mis carnes soy incapaz de comprender a la gente que no le gusta. Pero yo creo que lo dicen porque no lo han probado y es muy fácil opinar lo mismo que todo el mundo (o porque no son humanos, lo cual es una opción perfectamente viable)


Un Saludo! (:

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Comentad, comentad. Cuanto más comentéis, antes volverá Cthulhu desde su encierro abisal en R'Lyeh.