Consejo de Guerra

-Ese... Para la causa... Ese es un...
-Refugiados... Y mira lo que lleva... Lo necesitamos...
-Hambre en el sector Doce... Para el almuerzo Guerra... Aquel de allí...
-Prisioneros de... Mañana a las tres... May viene...

(Se acerca el Senador Valorum a la mesa del Consejo)

-¡SILENCIO! ¡SILENCIO, POR FAVOR! (Golpe de mazo)

-Gracias. Comienza la sesión: El estado de Hörn contra la Isla de Luskan.

-Estamos aquí reunidos para dilucidar un espinoso asunto. Los señores gobernadores de Hörn, Don Ki Kong, Nimendil el obscuro y Halma el Lefo, aquí presentes, han presentado ante este Consejo una querella contra la Isla-Estado de Luskan, a la sazón gobernada por los hombres lagarto y adherida a la Republica de Islas Libres de Iffish y cuyo sumo representante, el Gran Slann se encuentra asimismo presente. La querella ha sido avalada por el señor Thirmar, gobernador del pueblo de Luskan, sito en la isla del mismo nombre.

-Cedemos la palabra al representante de Luskan.

-Grrrrrk. Perdón, tratare de hablar en básico. Para empezar, gracias por permitirnos estar aquí, defendiendo nuestra causa, pero dejarme hacer unas correcciones. No soy el sumo representante, existen otro más poderosos que yo, pero se decidió que viniera por diferentes motivos y razones, entre otras, porque estuve implicado personalmente en este asunto que nos ocupa. Y no creáis, asquerosos y viles humanos...

-Ehh... ¿Pero que dice?... Atreverse a insultarnos así...

-Se llama al orden al representante de Luskan.

-Lo siento Senador. Quise decir que los hombres lagarto no estamos en esa republica a la que se nos afilió.

-¿Niega entonces que Luskan este en la Republica como país miembro y cofundador?

-No. Niego que la parte de Luskan que nos pertenece haya participado en ninguna republica.

-Bueno, ese no es el caso que nos ocupa ahora, eso se discutirá mas adelante.

-Nada mas lejos de la realidad, Senador. El hecho de que se nos quisiera incluir en la republica influye directamente en este asunto. Procederé a narrar los hechos tal y como sucedieron.

“Hace mas o menos dos años, llegaron a nuestra isla una serie de humanos en sus barcos de madera, y empezaron a talar los bosques de la Punta de las Tormentas, en el Oeste de la isla. Ante tamaña afrenta a la Naturaleza, y advertidos por nuestros dioses de los posibles efectos negativos de esa colonización para nuestra raza, decidimos enviar una delegación de parlamento, pero fueron asaeteados por esa escoria desde el mismo momento en que entraron en el claro.

He de decir que mis hombres no son precisamente inteligentes, pero son muy leales, y tenían una misión que cumplir. Y la cumplieron”

-¡Y tanto que la cumplieron! ¡Mataron a casi 15 hombres!

-¡Silencio! Ya tendrá tiempo de hablar gobernador Thirmar cuando le llegue el turno.

“Como decía, mis hombres fueron asaeteados, pero debido a su obstinado avance y a su natural entrenamiento para lides como esa, llegaron todos hasta la empalizada, dónde solicitaron hablar con el jefe de los humanos.”

-¡Mentira! Esas bestias inmortales se acercaron gruñendo y enseñando garras y dientes a la empalizada, con el evidente propósito de derruirla y matarnos a toda. ¡Si había una que parecía un acerico de tantas flechas que llevaba! ¡Y no parecía herida!

-Gobernador Thirmar, ¡Si vuelve a hablar me veré obligado a echarlo de la sala!

“Al no obtener respuesta, mis hombres se retiraron, y esa vez ya no les dispararon”

-Como que sé no habían acabado las flechas...

“Fuera como fuere, no podíamos dejar de comunicarnos con esas criaturas inferiores pero destructivas, así que yo mismo hice un sondeo telepático y conseguí contactar con el jefe de esos hombres...”

-Eso ya se resume en el sumario, y ya ha sido expuesto ante esta Tribunal en las fases preliminares. Por favor, vaya al asunto que nos ocupa.

-Esta bien.

“Bueno, después de educar a aquellas gentes, llegamos a un acuerdo: Ellos se quedaban la parte que ya habían esquilmado del bosque y podían hacer con ella lo que quisieran, y a cambio, permitían que los miembros de nuestra raza que mejor sé podían adaptar a su sociedad se quedasen en la ciudad y tuviesen libre paso por las instalaciones.

He de decir, que a algunos entre los nuestros les desagradó la solución, pero la mayoría estábamos extasiados ante la oportunidad de estudiar a unos seres tan fascinantes.

El caso es que los eslizones, nombre con el que se conocía a estos miembros de la raza, recababan información y nos la trasmitían, pero eso no impidió que se creasen leyendas y mitos con respecto a nosotros.

Llegaron a atribuirnos poderes inimaginables: Nos veían lanzando telas de araña por los árboles, o con rayos X en los ojos, invulnerables a todo menos al fuego...

Pronto corrió el rumor de que poseíamos tesoros inimaginables, todos de oro y piedras preciosas, las armas mas quieras a través de los tiempos, las más raras y perfectas, los mejores animales y las telas de la más exquisita confección...”

-Abrevie Gran Slann.

“El caso es que donde hay tesoros, o simplemente donde puede haberlos, se reúne una turba de hombres que intentan llevárselos. Y eso sucedió.

Algunos entraron en la selva, y los pocos que sobrevivieron a ella, se volvieron locos. Y al volver, contaron historias sobre montañas de oro y gemas, lugares donde había tanta plata que ni con cuarenta mulos se la podían llevar... Y en vez de preguntar dónde estaba esa plata, los necios que les escuchaban, se lanzaban a la aventura, y encontraban su mismo fin, como le sucedió a ese tal Fentick y su ayudante Maranweillon, en teoría enviados para parlamentar con nosotros, pero que solo destrozaron la selva a su paso, o peor, nunca volvían.

Pero de la incompetencia de los demás no se nos puede echar la culpa.

Y eso es lo que sucedió con esos que llaman “Los Héroes de Luskan” con el agravante de que esos “héroes” llegaron hasta uno de nuestros templos y lo mancillaron de tal manera que no nos quedo mas remedio que ejecutarlos en honor a nuestros dioses para aplacar su cólera”

-¿Algo que añadir gobernador Thirmar?

-No, Senador. No sabia que los aventureros hubiesen mancillado un templo. Encuentro apropiado que los que agravian a una religión paguen como esa religión mande en sus preceptos.

-¿Señores gobernadores de Hörn?

-Nada por nuestra parte, Senador. No conocíamos ni la mitad de la historia, y no sabíamos nada del templo.

-Bien, pues asunto solucionado. Decretamos que sean repatriados los cadáveres de los infortunados y que se ponga un aviso en las cercanías de Luskan advirtiendo de la peligrosidad de la jungla y de sus criaturas.

-Esto... Senador... Tenemos un problema, los cadáveres fueron utilizados para alimentar a nuestra nueva puesta de huevos, que crecerá grande y fuerte por la sangre derramada sobre ellos, así que no estamos en situación de devolver los cadáveres... Pero para compensar, aquí os dejamos estas cuatro figuritas a tamaño real de unos enanos en posición de saqueo que nuestros magos han... tallado, si eso, tallado en la dura roca.

-¡Oh! ¡Son preciosos! Los pondremos en la entrada de nuestro Barlamento.

-Gracias por asistir, pueden marcharse todos... Excepto usted Gran Ki Nano...

-Próximo asunto del día: El Estado contra Gran Ki Nano. Se le acusa de conducción temeraria de carreta, borracho, en sentido contrario y a mas velocidad de la permitida en el camino que une Litia con Hörn.

-Pero bueno, después de 48 años estudiando, 10 suspensos, obtención del título mediante amenazas y coacción, ¿no se le ocurre otra cosa para celebrar que por fin lo ha conseguido?

-Yo no fui, Senador, no fui yo. Fue el maldito cariñena que se apodero de mí.

-Sí claro. Y el cariñena, ¿qué tipo de dios es?

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En otro lugar, en la selva remota:

-Que fácil es confundir a esas mentes tan simples.

-Casi no ha costado esfuerzo, y nuestros tesoros siguen a salvo.

-Y la nueva nidada a punto de salir.

En otro lugar, en el palacio del gobernador:

-¿Oísteis lo que dijeron acerca del templo?

-Yo creo que es real, y las riquezas deben ser inigualables para que se tomen la molestia de salir de su islote.

-Hay que preparar un asalto.

-Sí, pero con profesionales.

-Necesitaremos: Dos enanos, de vanguardia, un elfo de retaguardia...

-¿Un elfo de retaguardia? ¿Tú estas loco?
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