jueves, 31 de mayo de 2007

CN: Examen de Biología

- Buenos días. En breves momentos comenzará su examen práctico de Biología. Recuerden que no pueden hablar con sus compañeros durante la realización del mismo. Igualmente no podrán utilizar más que su material, así que asegúrense de que entran con todo lo que necesiten. Por si alguno de ustedes duda, les diré que si, necesitarán sus armas.
Solo habrá una puntuación. Los que consigan salir del examen se considerarán aprobados. El resto... que Odín se apiade de sus almas.
Bien, el examen no es difícil, solo tienen que aplicar los conocimientos que han aprendido durante el curso. Aún así, si alguien quiere prepararse mejor para Septiembre, está a tiempo de retirarse. ¿No, nadie? Es la primera vez que nadie se retira, a pesar de las bajas que hay cada año... Ahhh, muy bien ustedes dos se van... bien, les veré en Septiembre, caballeros. El resto, prepárense.

Cuando les nombre pasarán por esta puerta. Una vez dentro, otro profesor les indicará hacia donde tienen que ir. Suerte muchachos, la necesitarán.

¡Acero Negro, Ragnar! Es usted el primero.

¡Berserkir Kamikaze, Skjald! Adelante.

¡Coraza Espinosa, Brock! Rápido, pase.

¡de Litia, Nimendil! Venga, no se duerma.


Mmmmmm... Esa sensación... Ese vuelco en el estomago. La adrenalina que tensa mis músculos. El miedo que atenaza mi cabeza. Es la sensación, ya tan conocida de los exámenes.

Cruzo la puerta. Son los jardines de la Escuela. Le enseño el DNI al profesor y me da una tarjeta con mi nombre.

- Examen 4, vaya por aquel lado y siga el itinerario que se indica en el reverso de su tarjeta de examen.

Vaya, han llenado los jardines de setos creando un laberinto. Me recuerda a un libro que me leí una vez sobre un mago afeminado que tenía que pasar no se qué pruebas idiotas. Buah, ya quisiera yo verle hacer un examen de estos...
Avanzo por el primer pasillo de boj, que según indica mi tarjeta es una prueba común. El pasillo se ensancha, y en el centro hay una planta pequeña, como una cepa de vid, pero con un par de ramas largas y sin hojas que crecen hacia arriba.
Que fácil. Una Parthenocissus tentaculata. Manteniendo las distancias rebusco en la mochila y saco una peonza eléctrica grande que le he comprado a un gnomo en el metro. Me ha asegurado que se mueve bastante. La activo y la lanzo cerca de la planta. En seguida mueve las aparentemente inofensivas ramas y captura a la peonza. Aprovechando, corro hasta el otro lado y me meto en el pasillo de boj. La planta estaba distraída comiéndose la peonza y ni me ha visto.
Sigo por el pasillo. Hay una bifurcación triple. Tiro por la derecha, según pone que haga en mi tarjeta de examen. Llego a otro ensanchamiento del pasillo. No hay nada. Por si acaso avanzo con cautela. De repente noto algo. Una presencia a mis espaldas. Inconscientemente repaso en mi mente el temario. Ya está, Rettis maxilaceae. Un espécimen realmente desagradable de fauna mimética. Su mandíbula superior es como una enorme red, en la que atrapa a sus victimas, generalmente humanoides, y una vez sujetas les inyecta una espiritrompa por la que las va digiriendo. Me tiro al suelo y ruedo hacia una lado. La red se estrella contra el suelo, justo donde yo estaba hace unos segundos. Saco el paraguas de la mochila, y lo abro hacia donde está el Retiario, que ya ha desvelado su presencia. Estaba mimetizado entre los boj de un lado el muy cabrón. El paraguas es demasiado ancho para que pueda atraparlo con la red. Escudándome así llego hasta el pasillo y me alejo de él.
Bien. Hasta ahora fácil. Sigo avanzando hasta que llego a un pasillo recto y muy largo. Esto tiene pinta de prueba. En efecto, ahí vienen. Dos Anthropovespulas acutibrácteas. Las odio. Son avispas gigantes y humanoides. Dos de sus seis extremidades están unidas formando un potente aguijón que utilizan para embestir. Aquí ya no hay truquitos que valgan. Desenvaino mis cimitarras y me preparo para esquivar la embestida. Su punto débil son las alas, así que ahí tengo que atacar. Ya llegan. Me hecho a un lado, esquivando al primero. Cuando pasa, le golpeo un ala con la espada. Mi ataque me impide esquivar con precisión al segundo avispón, que me golpea en un costado con su pincho. Cagenlaputa. No debo huir, porque si no le daré otra vez la ventaja de la distancia, y podrá tomar impulso para su carga. Pero ahora está cerca. Me lanzó sobre él atacando con ambas espadas. Desvío su pincho, bloqueo un mordisco con una espada y le cerceno la cabeza. ¡Zas! Toma ya. Que se joda. Me piro corriendo del pasillo porque seguro que vienen más.
Paso otra bifurcación, y oigo unos pasos que me siguen. Es el imbécil de Baldur, un humano prepotente de familia noble. Al rato llego a otro ensanchamiento, esta vez más ancho. Allí dentro hay un animal grande. Muy grande. Tiene un montón de cuernos y unos colmillos como mi antebrazo de largos. Es peludo como un wookie y grande como un gigante. Pero sé lo que es. Lo conozco muy bien. De los más de quinientos animales que vienen en el libro este es al que mejor conozco. Tranquilamente paso a su lado y entro en el siguiente pasillo. Oigo como Baldur se acerca al monstruo. Me ha visto pasar de largo y probablemente intentará hacer lo mismo. Idiota. Si hubiera estudiado sabría que los Carcalegodones son tremendamente agresivos con todo el mundo, excepto, claro, con los elfos. Escucho un temible rugido a mis espaldas y un repiqueteo. Si mi oído no me falla yo diría que eso parece una espada cayendo al suelo. ¿Y ese ruido? El inconfundible sonido de un cuerpo humano al ser masticado por unos dientes de treinta centímetros. Bien. Un arrogante humano menos.
El pasillo que sigo desemboca en el laguito de la Escuela. Está rodeado de plantas extrañas, con una semillas muy grandes que huelen muy mal. Para continuar es necesario cruzarlo. Pero seguro que hay trampa. Avanzo un poco y miro en el laguito. Vaya, es más profundo que de costumbre. Hay algo al fondo. Saco la linterna y enfoco hacia abajo. ¡La leche! ¡Es un kraken! Pequeñito, pero kraken al fin y al cabo. Yo no pienso cruzar eso. No con un kraken debajo. Cualquier chapoteo en el agua despertaría al monstruo y me comería... Piensa Nimendil, piensa. Por desgracia no llevo una lancha hinchable en la mochila. Miro a mi alrededor. Las plantas estas apestosas. Espera, un momento. ¿Cómo se llamaban? No recuerdo el nombre científico, pero vulgarmente se llaman Zuecos de Santo. Ahí estaba el truco. Sus grandes semillas flotan siempre, independientemente del peso que lleven encima. Fenómeno. Me ato una a cada pie y me meto en el laguito. Deslizándome con cuidado consigo llegar al otro lado.
Bueno, según indica mi examen ya solo me queda una prueba. Por ahora voy bien... solo me han rajado un costado. Al menos no me han amputado nada. Sigo por el siguiente pasillo. Llego a una bifurcación. Hay un armero con lanzas. Mal agüero. Cojo una y sigo por donde se me indica. Llego a otro ensanchamiento del pasillo. Al otro lado está la puerta de salida del examen. Pero entre la puerta y yo hay un monstruoso lagarto de cuatro metros de largo. Vaya, es una prueba de puntos débiles. Hicimos un par de estas en el primer cuatrimestre. Cada especie de lagarto gigante tiene un solo punto débil, pero cada una en un sitio. Vencer al lagarto es relativamente fácil... si reconoces su especie. Bueno, tres cuernos, garras rojas... un Crataegus. Avanzo con mi lanza y el bicho me ataca, esquivo su ataque y clavo mi lanza en su gragante. Nada. Duro como la cabeza de Ki. Pues no es un Crataegus, no. Claro, no me había fijado. Tiene puntos azules en el abdomen. Es un Hidroponius. En su siguiente acometida ruedo por el suelo y le clavo la lanza en el muslo derecho de la pata anterior. Mi lanza rebota. Maldita sea. El cabrón se retuerce y me pega un bocado en la pantorrilla. Con una patada me libero de la presa y me alejo de él. Me fijo mejor a ver que es lo que se me escapa. ¡Anda! Ahí está la cosa... je je. Tiene la cloaca roja como el infierno. Ya me acuerdo de esta especie. Annus irritabilis. Lo que pudimos reírnos en clase. Bien, pues ya se cual es su punto débil. Espero a que me ataque de nuevo. Lo esquivo y dejo que pase. Tomo impulso y le meto la lanza por el culo. Hala. Literalmente empalado. Se ha quedado jodido, nunca mejor dicho.

Bueno... examen terminado.

Balance de daños. Corte en el costado y pantorrilla desgarrada. No está mal... Ahora a preparar el siguiente examen. No quiero ni pensar como será el de química...

7 cosas (no) relacionadas:

Bano Tuk dijo...

No te veo con buen nivel...
¿Heroe de 3ªcategoria o atraccion de circo?

Nimendil dijo...

Lo sé. Ni llego a héroe de tercera.

Es porque mis historias no tienen los elementos adecuados, ya me lo dijo el gran Adbar.

Había pensado recrear una buena escena con los tentáculos del kraken y la chica buenorra de mi clase. Pero no estaba de humor, después del examen de prácticas, en el que se basa esta entrada.

Pero no os preocupeis porque ya he aprobado una asignatura. Aparezco en la lista de aprobados por curso de Matemáticas. No me hace falta presentarme a examen.

Así que la semana que viene, las Crónicas Nimendilas volverán a contar con héroe de primera.

Y eso que no se si habéis captado que en estas historias, cuando yo aparezco, soy un antihéroe, como mi héroe, el antihéroe Roger Wilco.

Bano Tuk dijo...

No se puede comentar una frase como la de Adbar: "A ver, Nimendil, hijo, que no te enteras. Ash y porno es lo que tiene que tener cualquier relato. Si no es asi, ni es relato ni es nada"

A mi me hizo mas gracia la tuya, si te sirve de consuelo, la otra era muy predecible...

Khazum dijo...

Felicidades por el aprobado, yo dudo si aprobare alguna....y como sean asi los examenes lo llevo chungo¡

Ki dijo...

Yo llevo dos, pero la cago en las chungas...

Bueno, bonito y bastante largo.

Te pongo un 12.4

Aprovado por los pelos

Ki dijo...

¿Porque nadie volvió?

Acabo de ver una peli de francotiradores que me ha puesto...

Que no, que no es eso, es la misma sensacion que tienes cuando ves Conan...

Nimendil dijo...

Si, te entiendo, son esas ganas de bañarse en la sangre de doscientas vírgenes sacrificadas a Crom en tu honor. Me encanta sentirme así.

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