miércoles, 13 de mayo de 2009

Expomanga 2009

Buenos días, amigos frikis, aquí Nimendil. Permitidme que, aunque hoy sea miércoles, comience yo este post. Como ya sabréis, el pasado fin de semana (7,8 y 9 de Mayo) se ha celebrado el Expomanga, el salón del manga y cultura japo de Madrid.

En Sima de Rol, aunque preferimos otras variantes de la subcultura frikeril, no quisimos dejar pasar la oportunidad de ver que se cuece entre los otakus. Así que el equipo periodístico de SdR para misiones de riesgo se lanzó a la aventura. Khazum y yo, cosplayeados del jugador de rol zombie nos internamos entre las legiones de quinceañeras descocadas y hombretones disfrazados.

Una vez allí, pues como en todos los salones, aire irrespirable, más si cabe, por el tufillo a ramen que lo inundaba todo y cantidades desagradables de frikis disfrazados. Los stands, todos llenos de pequeños libritos de colorines chillones de los que se leen al revés y figuritas de colegialas.

Los asistentes, bastante indignos. Entre la gente que se disfraza (en general, ya no sólo en este caso) hay dos tipos: los que se curran un disfraz molón y lo lucen con dignidad y los que se disfrazan de cualquier modo sin preocuparse de no resultar patéticos. Los primeros merecen todo nuestro respeto y admiración, mientras que los segundos sólo son dignos de recibir nuestro desprecio y compasión.

De los del primer tipo, bien disfrazados, vi a tan pocos que, como suelo decir, pude contarlos con los dedos de una mano y aún me sobraron para jugar a las canicas. Pero mal disfrazados... terrible, de verdad. Aunque sin duda el disfraz que más abundaba era el de zorra del metal. No sé si es que hay algún personaje manganimero que va con botacas y medias de rejillas o simplemente que el rollo otaku pega duro entre las tropas del metal, pero desde luego había más metaleras cachondas allí que las que ves en cualquier otro lado.

Y luego está lo de los abrazos. Los putos cartelitos de regalo abrazos. Que tristeza, por Crom. Tristeza, porque al final es la sensación que predomina al ver a esta gente, incluso por encima del odio visceral. La mitad eran frikis de los que no han recibido cariño en sus casas y tienen que mendigarlo entre gente disfrazada de alienígenas y ninjas. La otra mitad eran adolescentes salidos intentando abrazar mujeres para ver si en el roce palpaban una teta o algo. Y el resto eran quinceañeras medio en bolas que si sus padres supieran lo que están haciendo las pondrían firmes a hostias.

Del karaoke no voy a hablar porque es algo que escapa a mi entendimiento.

Pero bueno, hablemos de lo bueno de verdad, del verdadero motivo por el Khazum y yo nos adentramos en el Expotaku. Bueno, hubo más cosas buenas aparte del auténtico motivo, como cruzarnos a Emea de Adlo por un pasillo o ver a ciertas cosplayeras jamonas vestidas de no se que personaje con poquísima ropa, pero vamos, que nosotros ibamos a lo que ibamos.

De hecho, llevaba el cargador de mi cámara vacío, con una única foto en la recámara. Sólo pensaba hacer un disparo.

Y a quién sería, estaréis pensando. ¿Pues a quién iba a ser?



Al gran Patrick Frisch, qué estaba allí, como siempre, dando caña desde el stand del Hombre Mosca, con su música, sus cosas y su buen rollo. Si, a él le hicimos la única foto. Así que si esperábais ver mogollón de fotos llenas quinceañeras enseñando carne, os jodéis. Sólo hicimos esta foto porque Patrick se lo merece. Y punto.

Y ya aproveché para comprarme el número 8 de los Fuzztoons (con una de las típicas dedicatorias de Patrick, cómo no), que no me pude pillar en el último Expocómic, y un par de chapas de esas tan molonas que tienen siempre. Una de ellas, como no, del chocho del balrog, para completar mi ajuar de cosas mordorienses.


Epic. Y realmente, eso fue todo. Después de la visita a Patrick, dimos una última vuelta y nos fuimos. Así que ya no tengo más que añadir. Le paso el teclado a Khazum.

Nimendil fuera.

Khazum dentro.

Hola amigos. Yo estoy de acuerdo con todo lo que ha contado nuestro amigo Nimendil y es que cuando llegamos allí, la atmósfera estaba muy cargada. ¿Por qué?. No, no era por los miles de otakus que se congregaban en su querido expomanga. No, tampoco era por los kilómetros de plásticos que ponen en los "stans" para proteger sus cómics de las babas japonesas y del ramen. El aire estaba cargado porque a los otakus macho (por llamarlos de alguna manera) les da por ir vestidos a la manera "tradicional" japonesa. Esto es, con minifalda de colegiala y con peluca rosita. Eso sí, sin depilación ni leches. Todos estos elementos de plástico crean electricidad estática que cargan el aire, hasta que llega un punto en el que al combinarse la electricidad condensada con la teoría de las puntas de Faraday (¿qué puntas?, pues llaves de dos metros de altura, y espadones más grandes que el estado de Oklahoma) se llega al campo de ruptura del aire, el cuálñ conduce la electricidad. !Oh¡ !Pobres¡, diréis. Tranquilos no eramos Nimendil y yo los que moriríamos electrocutados, en cambio los fans de Naruto con su chapita...

Fuera de bromas, este año hubo cosas que mejoraron, como la sustitución de los vídeos de gente sodomizandose por vídeos de la gente teniendo ataques epiléticos, o que había más zorras del metal; pero hubo cosas que empeoraron como el incremento de enfermos..., digo de otakus que regalan abrazos y besos. Dan ganas de ir con un cartelito que ponga: !Cómo me abraces te corto los brazos¡. Y luego hubo cosas que no se si eran mejoras o no, como el torneo de Jungle Speed o la actividad del taller llamada "POSTURAS FRIKIS". Preferimos no verlo.

Por último, como análisis de lo manga, tuvimos en frente el karaoke, y yo sí voy a dar mi opinión. Con respecto al año pasado, esta edición había "cantantes" (por llamarlos de alguna manera) que eran menos chillones, gracias a Crom. Incluso había un tipo con voz de tipa que arrancó muchos aplausos tras su actuación. (supongo que sería porque había dejado de cantar).

Lo mejor del expomanga, y razón exclusiva por la que aguanto estar rodeado de tanto otaku, es el de la foto. Patrick y sus queridos Fuztoons. Con creces sigue siendo el mejor stand, con la mejor música, la mejor gente, el mejor ambiente y las mejores camisetas. !Nos vemos en Zaragoza¡

Por último amigos, querría hacer una reflexión, y es que sabré poco de la cultura japonesa, pero, para mí, llamar a esa exposición. Expomanga, feria de la cultura japonesa, me parece una farsa. No sé que la llamen solo expomanga, o feria del cómic japonés. Y que la llamen cultura japonesa cuando hablen de samuráis, ninjas, y de la historia del Japón. Porque desde luego si toda la cultura japonesa se reduce a un karaoke, unos cómics invertidos y unos tipejos mal disfrazados regalando abrazos, se puede decir que la cultura japonesa da asco.

Eso es todo. Hasta la semana que viene. Dentro de unas horas los px. No os los perdáis.

8 cosas (no) relacionadas:

Nimendil dijo...

La del año pasado ahora, que me acuerdo, si que tenía una exposición de cosas japonesas medievales. O por lo menos recuerdo unos yelmos de esos kabuto.

Anónimo dijo...

El problema con los otakitos es que se creen que son lo más, cuando no tienen ni idea de nada, y eso hace que el resto del frikerío les odie... y no sin razón.
En fin, gracias a los dos por darme tema para escribir una entrada de mi blós...
¡El Patrick es el puto amo! A ver si me lo veo este año en Barcelona y me saco algunas firmillas...
Ah, por cierto, si queréis ver otakitas jamonas con poca ropa, pasáos por mi Flickr :p

Ki dijo...

un año de estos me pasare por ahi

Khazum dijo...

De nada Lograi

Guybrush dijo...

¿Cuando decís Zorras del metal os referís a verdaderas Zorras del metal o a las típicas psudogóticas medioemos menores de edad? Si es el primer caso, ¡me cago en mi vida! ¡Para un año que no voy porque siempre veo la misma mielda y me pierdo toda la fieshta! Si es el segundo, no me arrepiento de haberme quedado en casa. De hecho lo mejor del pasado expocómic fue una muchacha vestida de Sara Kerrigan, la del StarCraft, a la que todo el mundo le preguntaba si iba disfrazada de algo del WoW.

El expomanga-cómic-otaku-friki es una feria que se devalúa año tras año. Lo japo vende y es lo único que se ve ya, incluso cuando no es el expomanga. Y es una pena.

Eso sí, lo que no va a cabiar es el olor; ahora serán los adolescentes hormonados vestidos de Sasuke, pero antes eran los roleros treintañeros. ¿Qué nos deparará el futuro?

Anónimo dijo...

Por cierto...
No sé si es que hay algún personaje manganimero que va con botacas y medias de rejillas o simplemente que el rollo otaku pega duro entre las tropas del metal, pero desde luego había más metaleras cachondas allí que las que ves en cualquier otro lado.Amane Misa, de Death Note, por ejemplo... Aunque es uno de los personajes más odiados por el otakerío...
También es que mucha gente aprovecha estos salones para vestir como no se atreven el resto del año... Carnaval incluído.

Jeral dijo...

Amane Misa o cualquier otra Gothic Lolita de esas que tanto proliferan en Japón.

Anónimo dijo...

Ea... hecho :p

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