CN: Las Crónicas Nimendilas

Bueno, en un principio hoy quería hablar sobre Terminator. El otro día, en una entrada puse una frase y una imagen de Chuache, y hoy ya tenía el mono, así que me he visto las tres de un tirón. Después de tal sesión de "Volveré" y "El único destino es el que nosotros hacemos" y esas cosas, me enchufo a mi Ono-Sendai, y me encuentro ante el problema de no saber que decir. Podría poner unas fotos y un par de videos, que siempre da la apariencia de ser una entrada muy completa. O poner las mejores ecenas de Chuache repartiendo estopa. O no hablar sobre Terminator ni Conan ni nada que tenga que ver con eso y escribir un relato sobre un friki al que todos desprecian y que luego descubre tener el poder de hacer que las mujeres mas bellas se enamoren de él desesperadamente y luego todos lo admiran pero él se venga creando un éjercito de tias buenorras con armas tochisimas y acaba conquistando el mundo. O podría hablar sobre algún tema rolero, que al fin y al cabo, se supone que esa era la idea de este blog, pero como nuestra principal norma (inventada ahora mismo) es que no hay normas pues da igual que hable sobre cualquier otra cosa osea que no voy a hablar sobre rol. También podría poner los 101 motivos por los que Cthulhu debería ser elegido presidente absoluto del mundo. O podría tratar de averiguar quien es más poderoso, si Thor o Crom, basandome en referencias ocultas que hay en una versión de la Biblia que guardaba el primo de Leonardo Da Vinci en el armario del cuarto de baño. O hacer una entrada de agencia tributaria a los donuts de Twin Peaks. Pero como no me apetece hacer nada de eso, pues os cedo el copyright para que habléis vosotros de todas esas cosas.


Después de ese denso párrafo ya se me ha ocurrido que contar. Como todos sabréis, yo estudio en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Hobbits (los que cultivan plantitas y esas cosas). Normalmente soy un alumno ejemplar, pero hay ciertas clases que crean las condiciones perfectas para que la parte lúdica de mi cerebro tome el control. Durante esas clases, la realidad se distorsiona y comienzo a imaginar cosas del estilo de ¿Y si...? Como por ejemplo: ¿Y si de repente a la profesora le saliese un Alien del estómago y esto se convirtiese en "Alien, el octavo estudiante" y el bicho nos fuese comiendo a todos?

El Alien que salió de la profe.

Y como yo no sé lo que es la pereza, pues me pongo y escribo estas geniales ideas que pasan por mi enfermizo cerebro. El primero de estos relatos apareció hace un par de meses, y aunque no era muy fantasioso, ya mostraba tendencias. El siguiente está gestandose, y pronto verá la luz.



Eso me dió la idea para inaugurar una sección semanal de este blog, que fuese algo asín como "Desvarios de un estudiante friki" o "ETSI Hobbits: realidad alternativa" o "Adorad a Nimendil y leed sus entradas". Finalmente me decidí por "Las Crónicas Nimendilas" (que no hace ninguna referencia a las Crónicas Nemedias).



Así que, poco a poco, iré publicando estas historias, con la etiqueta de Crónicas Nimendilas. Para poner a todo el mundo en antecedentes, explicaré un poco el transfondo y el contexto en el que se desarrollan.





Como el protagonista (yo) vive en la bella urbe de Madrid, pues las historias se ubican en esta nuestra amada ciudad. Para no retratar la misma realidad gris de siempre, hay algunos cambios. Existen las razas de los mundos de fantasía. Sin ir más lejos, la figura central de las narraciones, Nimendil (usease, yo) es un elfo. El mundo está tecnológicamente avanzado, y hay algunos elementos tipo ciencia-ficción. A pesar de esta tecnología, el armamento no es muy avanzado, y se usan sobre todo armas "medievales". Solo algunos tipos, como los representantes de la ley y el orden llevan armas de fuego. Estas armas de fuego son como las que se usan actualmente. También hay armas láser, pero si las armas de balas son muy escasas, las armas láser son algo anecdótico (pero bueno, siempre mola saber que las hay).



Bueno, resumiendo, que aparece lo que a mi me apetezca y ya está. Y como son relatos ficticios no hay que dar explicaciones pretendidamente científicas de las cosas que pasan. Pero como ya se me ha contagiado el gen ingenieril, pues a pesar de todo, las daré.



Pues ahí queda eso, jovenes padagüans. Esperad ansiosos la primera entrega de:

LAS CRÓNICAS NIMENDILAS