Quemar después de leer (2008)
Burn After Reading (por primera vez en mucho tiempo, los traductores se lo han tomado al pie de la letra...)
Decir que una película de los Coen es buena está comenzando a convertirse en un tópico. Un tópico muy bueno para la taquilla, pero realmente bueno para el espectador. Con excepciones como No Country For Old Men, o Fargo (qué también), una película de los Coen asegura una buena dosis de risas. Quemar después de leer no defrauda. La continua sonrisa se veía interrumpida de vez en cuando por estallidos de risa, que se prolongaban por el efecto contagio.
El guión es magnífico, casi tanto como el de El Gran Lebowski. Sin duda saldrán frases muy célebres. La conversación telefónica de Chad y Linda con Osbourne Cox (después de ver la película no podrá pronunciar este nombre sin partirse de risa) no tiene desperdicio.
La historia está plagada de tramas secundarias a las que se presta la atención justa.
La presentación es de lo más actual: una vista aérea a lo “Google earth” nos acerca al edificio de la CIA, donde se toman importantes decisiones...
Realmente se podría decir que la película es de actualidad: portales de encontrar pareja por Internet, operaciones de cirugía estética... una crítica a todos los estadios de la sociedad, desde la clase alta pseudointelectual hasta la ignorante clase trabajadora. Una crítica a la estupidez imperante en la sociedad en general y la estadounidense en particular.
La fotografía es bastante buena, y la película tiene imágenes muy logradas, como la sucesión de zapatos que recorren los pasillos de la CIA, acompañados de sonidos diferentes.
La puesta en escena, el maquillaje y el vestuario son inmejorables. No hay más que ver la ambientación del gimnasio, pero sobre todo la figura entera del personaje que interpreta Brad Pitt: su pelo, su bebida energética, la música que lleva en el “walkman”, el casco de su bici, sus bailecitos... claro que su interpretación es digna de todas las alabanzas...¿Quién dijo que Brad Pitt se había encasillado? Los Coen le brindan la oportunidad de negarlo.
Decir que una película de los Coen es buena está comenzando a convertirse en un tópico. Un tópico muy bueno para la taquilla, pero realmente bueno para el espectador. Con excepciones como No Country For Old Men, o Fargo (qué también), una película de los Coen asegura una buena dosis de risas. Quemar después de leer no defrauda. La continua sonrisa se veía interrumpida de vez en cuando por estallidos de risa, que se prolongaban por el efecto contagio.
El guión es magnífico, casi tanto como el de El Gran Lebowski. Sin duda saldrán frases muy célebres. La conversación telefónica de Chad y Linda con Osbourne Cox (después de ver la película no podrá pronunciar este nombre sin partirse de risa) no tiene desperdicio.
La historia está plagada de tramas secundarias a las que se presta la atención justa.
La presentación es de lo más actual: una vista aérea a lo “Google earth” nos acerca al edificio de la CIA, donde se toman importantes decisiones...
Realmente se podría decir que la película es de actualidad: portales de encontrar pareja por Internet, operaciones de cirugía estética... una crítica a todos los estadios de la sociedad, desde la clase alta pseudointelectual hasta la ignorante clase trabajadora. Una crítica a la estupidez imperante en la sociedad en general y la estadounidense en particular.
La fotografía es bastante buena, y la película tiene imágenes muy logradas, como la sucesión de zapatos que recorren los pasillos de la CIA, acompañados de sonidos diferentes.
La puesta en escena, el maquillaje y el vestuario son inmejorables. No hay más que ver la ambientación del gimnasio, pero sobre todo la figura entera del personaje que interpreta Brad Pitt: su pelo, su bebida energética, la música que lleva en el “walkman”, el casco de su bici, sus bailecitos... claro que su interpretación es digna de todas las alabanzas...¿Quién dijo que Brad Pitt se había encasillado? Los Coen le brindan la oportunidad de negarlo.
Ellos son los únicos capaces de conseguir que Brad Pitt parezca subnormal, George Clooney gilipollas, y los únicos capaces de sacar a su mujer (no se sabe si Frances McDormand es mujer de Joel, de Ethan, o de los dos juntos) enseñando sus peores encantos. McDormand realiza una actuación intachable, como siempre.
John Malkovitz, el rey de los extremos, hace gala de su mejor sobreactuación, que en este caso viene perfecta para el papel. Completan el reparto Tilda Swinton, a la que ya vimos con George Clooney en Michael Clayton (dónde prácticamente salvó a la película de ser un absoluto bodrio, y además ganó un Oscar), Richard Jenkins, cómo el enamorado perdedor, J. K. Simmons, el eterno y genial secundario (Juno, Spiderman...)... y otros tantos cuidadosa y adecuadamente seleccionados para formar parte del reparto perfecto.
Esto intentaba ser una crítica, pero la verdad es que no encuentro ningún aspecto reprochable en la película. Tal vez haya perdido la mirada crítica. Esperemos que no. Pensemos que los Coen son unos de los grandes del momento.
En cualquier caso, recomiendo ir a verla, y a poder ser en versión original, que las sartas de insultos originales y el vocabulario de Chad no tienen desperdicio.
10 cosas (no) relacionadas:
No me cabía ninguna duda de que iba a ser genial. Les dije a mis coleguitas que fuésemos a verla, pero ellos querían ir a ver al JODIDO Max Payne, y yo que soy gilipollas acepté.
Me cago en mi puta vida.
mas pechonalidad la proxima vez...
Bueno, la peli no va a salir volando, ya la irás a ver otro día. Aunque el trauma de Max Payne no te lo quitas...
Ki, el resto de cartelera son todo pechonalidades, tienes donde elegir...
Supongo que Ki se refería a la de Guybrush, no a la de la cartelera, pero bueno.
La peli espero ir a verla, porque los Coen nunca me han defraudado.
Ah, si, puede ser...
Con este Ki nunca se sabe!
¿Pechonalidad? Ni tengo, ni he tenido, y creo que nunca tendré.
Ergo habrá que ir a verla...
¿Ir a ver la pechonalidad de quien?
De Jessica Alba en Sin City....
por un perro que mate y me llaman mataperros...
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