Constantine

Que soy un enfermo, lo sabemos todos. Que estoy loco también. No voy a desperdiciar un momento como este para meterme con el sistema de publicaciones de la Sima, aunque eso es otro tema que será tratado en otra ocasión, pero a los lectores les basta saber que esta entrada fue escrita en plena vorágine de exámenes de mayo, momento de mi vida en el que suelo ver todas aquellas películas que no he visto por estar demasiado ocupado haciendo otras cosas como comer, dormir y echar partidas de rol.

La pelicuala de hoy es:


John Constantine (Keanu Reeves) ha nacido con un don que no deseaba. Se ha suicidado. Ha estado en el infierno y ha vuelto. Ve ángeles y demonios híbridos que andan por la tierra bajo un aspecto humano. Tiene cáncer de pulmón terminal. Le han resucitado en contra de su voluntad. El Diablo en persona se toma la molestia de ir a buscarle.

Está jodido, cabreado con el mundo y desilusionado, así que se pasa la vida patrullando la frontera terrenal entre el cielo y el infierno, enviando a los esbirros del diablo de vuelta a las profundidades. Pero Constantine no es ningún santo. Hace todo esto para ganarse el camino a la salvación.
No quiere tu admiración ni tu agradecimiento, y por supuesto no quiere tu simpatía. Solo un aplazamiento.



Después la peli se jode, tío rarito de pelotas con poder sobrenatural conoce a tía enferma pero con un buen par de tetas (que no se privan de enseñar en varias escenas de “camiseta mojada” y de ahí, lo típico…mas o menos: Bien vence a mal, Diablo se queda con cara de idiota y ser andrógino es quemado de tal manera que solo le quedan muñones.

Además, aunque de música entiendo menos que de cine, parece ser que la banda sonora es buena, porque buscando videos en youtube solo me salían las canciones y primeros planos de las tetas de la tía buena de turno.



Que lo disfruteis, viciosos