El Origen de los tiempos, de las especies y de las paridas

Y dijo Aulè: "Se haga la luz" y la luz se hizo.

Y vio Aulè que esto era bueno.

Y se disponía a llenar el Universo de cosas buenas y bonitas cuando vio que el primer rayo de esa primera luz cruzaba el espacio vacío y llegaba hasta una Tierra primigenia y en estado de formación e ilumino un gran libro de tapas oscuras que descansaba en medio de las lavas ardientes.

Y dijo Aulè: "¿Qué coño es eso?

Y sintió curiosidad por el libro.

Y lo recogió y se introdujo en él con el poder de su mente para descubrir los secretos que encerraba.

Y cual no seria su sorpresa al descubrir que todas sus paginas estaban vacías, todas excepto la primera.

En esa primera pagina, estaba escrito con letras tan antiguas como el libro: "Un libro para gobernarlos a todos, un libro para unirlos a todos y mantenerlos esclavos en las nieblas y la oscuridad, sin que lleguen a conocer nunca el poder de las leyes que rigen su vida"

Y vio Aulè que esto no era bueno, pero que era mucho mas entretenido que crear un Universo bondadoso y amable.

Y Aulè se olvido de la Creación y se dispuso a completar el Libro de la Ley, llamado por los elfos El Primer Compendio, y por los enanos, El Primer Juego, mientras que los humanos se limitaron a llamarlo por una de sus cualidades, tal vez no la mejor, pero si la que mas les afectaba, El Libro del Master de la Muerte.

Libro Rojo, Génesis 1, 1-17

Todo empezó en algún momento en que a Nimendil se le cruzaron los cables, (sospechamos que por un golpe demasiado fuerte y demasiado repetitivo en su blanda cabeza o por una intoxicación aguda de colines de plástico) allá por 2004 según este ridículo calendario solar, y decidió que quería convertirse en un ser tan friki, tan friki, tan friki que los frikis de alrededor tuvieran que llamarle friki.

Por eso, empezó a buscar cosas raras por Internet, y ocurrió lo que tenia que ocurrir, encontró algo relacionado con la estrategia, los juegos de mesa, los amigos, las patatas fritas y la interpretación. ¡Era el juego perfecto!

Solo había un problema, tenia la mesa y las patatas fritas se podían comprar, y la estrategia e interpretación se desarrollan con el tiempo, así que le faltaban los amigos. Ahí es donde entramos nosotros, Ki y Halma y tres personajes originales mas que no resistieron el desgaste físico y mental que hacen de este tipo de juegos algo tan difícil para los no-iniciados.

Esos personajes eran: Una elfa, que sentó las bases para lo que más tarde consideraríamos la ninfomanía elfica, un humano, conocido por sacar 100 en dados de 100 cuando él quería y otro humano, conocido como Jerodrel, especialista en trucar las fichas para convertir sus personajes en Batidoras-Moulinex y recordado por haber intentado quemar vivo a Nimendil en un arrebato de furia fuera del juego.

En defensa de Jerodrel, habría que decir unas cuantas cosas, pero en su contra, muchas mas, así que no lo voy ha hacer, simplemente decir que fue el que más duro de los tres.

Una vez Nimendil consiguió reunirnos a todos alrededor de un algo mas o menos plano, de explicarnos en que consistía el juego y de ponernos los dientes largos, decidió que antes de nada había que conseguir una copia de aquel Libro de la Ley primario. Nos lanzamos a la búsqueda de tiendas especializadas, Internet... y finalmente un día volvió con una sonrisa triunfante, el libro bajo el brazo y un problema mental tan agudo después de oír contar maravillas de ese juego en especial que, aun hoy, se resiste a cambiar de sistema a pesar de las suplicas del resto...

Era plena época de la fiebre de los anillos, así que nuestras partidas se desarrollan en la Tierra Media, solo que un poco mas pervertida y mas avanzada tecnológicamente (Ya se conoce la pólvora en los círculos enánicos mas selectos) y se llama la Tierra a Medias, la Tierra del Medio o España si el jugador es extranjero o quiere tocarle la moral a Nimendil y sus mapas.

El sistema de juego es poco conocido y difícil de manejar, pero con la ventaja de que uno se puede saltar la mayoría de las normas o crear las propias fácilmente y sin repercusiones graves en el juego. Sobre todo, porque antes de poder crear un personaje todopoderoso, tiene que ser aprobado por los diferentes comités, subcomités y gabinetes asociados, lo que hace del proceso algo lento y costoso, pero que evita el desmadre de ciertos jugadores que empiezan con "N" y acaban por "imendil" impidiendo que añadan a sus personajes determinados artefactos, compañeros o habilidades que se considerarían ilegales en cualquier otro estado.

Con esto está hecho el resumen de como empezamos a jugar a los juegos de rol. Basta decir que la primera partida fue un casi fracaso, porque de la misión original, rescatar al hijo del señor Grumn, la aventura preparada del libro, pasamos a un castillo encantado para robarle los guisantes a Mendel. Pero nos lo pasamos bien, y desde entonces es obligatorio meter alguna gracia en las partidas, porque no decaiga el ambiente...

Después del primer trimestre, mas o menos, empezamos a tomárnoslo mas en serio los que quedábamos del grupo original. Organizábamos partidas en condiciones, hasta las tres de la mañana con abundantes patatas, bizcochos, pizzas... para poder sobrevivir. Sin embargo, ser solo tres se nos hacia poco, y empezó a entrar gente nueva, algunos se quedaron, como Bano, Leowin y El Quiwi, y otros solo fueron meras sombras en nuestros recuerdos, aunque algunas de esas sombras crearon historia, como 5PerdidosDedos, o simplemente murieron sin honor, como El Feo.

Después de esta gran narración, solo queda decir, para los escépticos, que si no nací jugando al rol fue porque los dados parecían caramelos y tenia tendencia a tragármelos y porque se necesitan ciertos mínimos de escritura, dibujo, lectura y conocimiento de razas, armas y costumbres, que se aprenden a lo largo de la vida escolar hasta los 10 o 12 años, no porque no quisiera, y que, probablemente, muera jugando, tal vez al confundir un dado con las pastillas para el reuma o algo parecido, como en los viejos tiempos.

Seria una forma honorable de morir, empuñando los útiles que te dieron la vida en un principio, y que te darán la muerte al final.