domingo, 16 de agosto de 2009

El asunto Pharmacon (II)

Continuamos con la crónica de la partida de Cyberpunk 2020 que iniciamos el domingo pasado, en esta nueva sección Domingos de Rol.


Partida: El asunto Pharmacon
Master: Nimendil
Jugadores: Khazum, Ki, Leowin

Parte II: El asalto a Pharmacon Tower

Después de los preparativos anteriores a su convalecencia en Dia Utam, Jay Coburn y su equipo estaban listos para irrumpir en la torre de Pharmacon Industries. Objetivo: el codiciado tanque criogénico. El asalto estaría dirigido por tres capitanes: el mismísimo Jay Coburn, tecnomédico (Ki), con su nueva pierna metálica, Germán "Napalm" Orozco, veterano de las guerras centroamericanas (Khazum) y Morgul, francotirador desertor de los boinas verdes (Leowin). El equipo de apoyo serían Jonnhy Variable, netrunner, y cuatro mercenarios a sueldo: Bobby, Tim, Jim, y Tom (lo sé, no estuve especialmente imaginativo).

La táctica inicial fue crear una distracción para permitir entrar al grupo de asalto. El equipo 2, Tim, Jim y Tom atacarían el vestíbulo para dirigir hacia allí a las fuerzas de seguridad. Mientras, Coburn, Napalm y Bobby entrarian por una de las plantas superiores con pisolas cableadoras saltando desde el edificio de un parking cercano. Morgul, desde la plataforma de limpiacristales de otro edificio, daría cobertura a los comandos con su rifle de largo alcance.

La cosa empezó bien. El equipo 2 irrumpió en el vestíbulo reventando las puertas con un coche y a base de granadas y grandes ráfagas de plomo consiguieron hacer mella en la seguridad de la corporación. El equipo 1 aprovechó la distracción para colarse en la planta 16. Sin problemas liquidaron a los gurdias de la planta, igual que se habían encargado de los guardias jurados del parking. Amparados por Jonnhy Variable cogieron el ascensor y se lanzaron directos a la planta de acceso restringido. La puerta requería código. No problemo. Napalm salió por la trampilla del ascensor y pegó unas granadas en la puerta. A punto estuvo el plan de fallar en ese punto, pues con el pesado blindaje metal gear le fue difícil volver a entrar en la cabina. Las puertas habían reventado y consiguieron acceder al nivel restringido. Este nivel estaba fuera del alcance del netrunner, por lo que no podían saber qué mostraban las cámaras. Al final del pasillo encontraron un único guardia. Un guardia que resistió tres granadas. Y que avanzó ignorando las balas. Un guardia que fulminó a Bobby con una Tsunami rotatoria dejándolo con más agujeros que Bob Esponja. Napalm y Coburn huyeron de ese piso. En su huida vieron una terminal con toda la pinta de ser la que desconectaba al guardia metálico. Variable informó por el pinganillo de que pronto tendrían compañía así que huyeron rápidamente a la planta de fiestas. Morgul subió a cubrir los pisos altos dejando al grupo 2 que se las apañaran en el vestíbulo. Total, ya eran mayorcitos, y tenían granadas y armas automáticas de gran calibre.

El grupo 1 huyó de la sala de fiesta dejando otra granada lista para el equipo de corps con el que estaban jugando al pilla pilla. El primero que salió del ascensor no tuvo ni tiempo para ver la granada, una bala del 7.62 OTAN disparada desde el edificio de enfrente le abrió una segunda boca a la altura de la nariz. Los muchachos subieron al piso del departamento directivo a intentar conseguir la llave del centinela mecánico. Allí tuvieron que abatir a unos cuantos policías corporativos que protegían a los grandes directores. Desde el edificio de enfrente, Morgul fijó su objetivo sobre la cabeza de un alto directivo que daba órdenes por su teléfono móvil. Estaba en la misma planta que el grupo 1. Nueve segundos más tarde yacía boca abajo sobre su mesa, con la cabeza sangrando. Un golpe de suerte (y dos cristaleras blindadas) impidió que mueriese: el impacto de la bala había sido sesgado. El guardia jurado de esa planta, que prefirió evitar el tiroteo entre el grupo 1 y los 4 policias corporativos que ayudaban a proteger el piso, fue a ayudar al director. Morgul intentó un segundo disparo pero el rifle se encasquilló. Consiguió sacar la bala e intentó disparar de nuevo. Un golpe de aire, o tal vez un gesto torpe, no se sabe, hicieron que el rifle se le escapase de la manos y cayese al vacío, destrozándose contra el suelo por la caida de más de 50 plantas. No era su día de suerte.

Mientras, Napalm y Coburn se habían encargado de los corps. Pero no había tiempo para respirar. El netrunner de Pharmacon le había arrebatado a Jonnhy Variable el control de los ascensores y un nuevo batallón de polis corporativos llegaba dispuesto a repartir amor. El comando criogénico corrió a refugiarse en el despacho del director general. Tomaron como rehén al guardia jurado y lo obligaron a arrastrar al director. Mientras los corps derribaban la puerta, nuestros dos valientes héroes derribaban la pared con granadas. El bueno de Germán volvió a tropezar (el blindaje nos hace torpes) en su intento de lanzar dos grandas a la vez. Su torpeza lo salvó de convertirse en huevo frito, pues al rodar por el suelo esquivó involuntariamente las ráfagas de los fusiles de los dos soldados que estaban destrozando la puerta a tiros. Desde el mismo suelo, Naplam contestó con una ráfaga de abrazos gratis que envió a los guardias al infierno. Una granada para cubrirse el culo y se reunió con sus compañeros en los ascensores.

La misión peligraba. El grupo 2 había sido pulverizado en un fuego cruzado que barrió todo el vestíbulo. El grupo 1 había perdido un 30% de sus integrantes. El francotirador de apoyo estaba inoperativo. Y el netrunner perdía terreno frente a los vaqueros de la corporación. Por si fuera poco, la policía corporativa estaba cada vez más enfadada. Era hora de salir cagando leches cromadas. El sargento Morgul puenteó un helicóptero del gobierno que descansaba en el tejado de su edificio y voló al tejado de Pharmacon para sacar de ahí a los muchachos. Pero no iba a ser tan fácil. En el tejado había dos vehículos. Un helicóptero de Pharmacon y un AV del Trauma Team, ambos custodiados. En cuando aparecieron los chicos del grupo 1, el helicóptero corporativo voló por los aires en una bonita demostración de porqué las granadas no son juguetes para niños. Los mercenarios del Trauma amartillaron sus armas para reducir a pulpa a esos terroristas. Pero Jay Coburn salvó el día una vez más, al convencerlos de que eran un equipo de rescate salvando al director general. Morgul llegó justo a tiempo para evitar más preguntas y volaron lejos de allí.

No os preocupéis, los chicos del TT no vivieron en la ignorancia. Tres segundos más tarde, un batallón de seguridad corporativa con RPG incluido alcanzó la azotea para intentar derribar el helicóptero. Por suerte, los asaltantes estaban ya lejos. El mejor sitio para ir parecía ser la casa del tecnomédico, un ático en la zona corporativa. Cuando se dirigían hacia allí, el citado ático reventó, proporcionando a los presentes un bonito espectáculo de fuego y luces. El helicóptero cambió su ruta y aterrizó en cualquier lugar de la zona de combate. El caos de la ciudad les proporcionaría unos minutos de ventaja sobre sus perseguidores, que ya no sólo eran los tipos duros de Pharmacon, sino también las fuerzas de la ley.

Y esto fue todo en esta segunda parte de la partida: Una agradable noche de miércoles, donde las cifras de la LotoCadáver ascendieron a 36 en la zona corporativa. El próximo día relataremos la parte tercera y penúltima. Mientras tanto, sigan divirtiéndose. Divertirse es obligatorio, ciudadano.

1 cosas (no) relacionadas:

Ki dijo...

gane el reintegro en la loto cadaver... que pena que no pueda cobrarlo... me tienen fichado en todas partes

Comenta con nosotros. Hasta el pequeño Cthulhu lo hace desde su nuevo móvil con tecnología 3G.

Comentad, comentad. Cuanto más comentéis, antes volverá Cthulhu desde su encierro abisal en R'Lyeh.