Hola amigos. !Cuánto tiempo¡. La verdad es que he estado dos semanas desaparecido del blog, pero es que he estado liado saboteando unas elecciones a delegado en mi escuela. ¿Sabéis quién es nuestro delegado?. Pues sí amigos, Cthulhu, a pesar de que Iron Man obtuvo 13 votos. En fin, que aquí tenéis vuestra ración semanal de Ciclo de Conan. Disfrutadla
"¿Por qué los hombres no me dejan vivir como un hombre?"
- VALERIA: Valeria, un delgado, alto y rubio fierabrás, abandonó su hogar y su familia campesina de Aquilonia para buscar fortuna entre las olas. Se coló en un barco pirata barachano que había atracado en Argos para vender su botín. Cuando la descubrieron en alta mar, demostró que ninguno de los hombres a bordo manejaba la espada mejor que ella...los desarmó a todos. Los piratas tomaron la sabia decisión de aceptar entre ellos a la joven belleza, y gracias a su astucia, sus cualidades de mando y su deslumbrante belleza, no tardó en comandar barcos y tripulaciones propias.
Poco más tarde, los navegantes del Océano Occidental celebraban ya en sus canciones y baladas las hazañas de Valeria de la Roja Hermandad. Conan tuvo ocasión de conoce a la renombrada pirata cuando él mismo navegaba con los piratas barachanos, y quedó impresionado. Valeria, sin embargo, le añadió a su lista de pretendientes no deseados, y no mostró el más mínimo interés por él. Mas adelante otro pirata, Ortho el Rojo, trató de conquistarla. Dividida por primera vez entre su fiero deseo de independencis y su creciente atracción por Ortho, un atractivo fanfarrón, Valeria abandonó el barco una noche, frente a la costa kushita. Atravesó Estigia hasta la frontera con Darfar, donde encontró a los Compañeros Libres del capitán Zarallo, una de las muchas Compáñías Libres mercenarias que luchaban por oro. Por pura coincidencia, Conan se había unido a la compañía poco antes. Harta de las provocaciones de un lujurioso oficial estigio del campamento, Valeria acabó por matarlo y huyó hacia el Sur.
Conan, empujado por su admiración, y por el deseo de que no le ocurriera nada a Valeria, la siguió y le dió alcance en la jungla. Ella le recibió con una mezcla de altanero desdén y malhumorado respeto. Ambos lucharon con un enorme dragón y vivieron una espeluznante aventura en la ciudad embrujada de Xuchotl, ocupada por clanes en lucha, un monstruo reptante y una princesa vampira. (Historia relatada en Clavos Rojos). Tras huir de Xuchotl, Valeria se enamoró por fin de Conan y vivieron un breve romance. Pero el choque de sus comportamientos y de sus espíritus independientes fue demasiado fuerte. Valeria se apartó de Conan en buenos términos, le dejó en los Reinos Negros y regresó al mar. Empuño de nuevo su alfanje de pirata y añadió nuevas leyendas a su gloria.
"La Reina de la Costa Negra"
- BÉLIT: Bélit, temible tigresa del mar y fiera amante de Conan de Cimmeria, nació en Shem, en el seno de una dinastía que había reinado durante años en Asgalun, la gran ciudad-estado del Shem septentrional. Habiendo muerto su madre, fue criada con afecto por su padre, el amado rey Atrahasis, quien le enseñó a navegar, pues amaba al mar con pasión. Bélit aprendió a gobernar el barco de su padre, el Tigresa, mejor que cualquier otro. Tuvo como tutor a N'Yaga, exiliado de las Islas del Sur y consejero de Atrahasis.
Una noche, el arrogante hermano de Atrahasis, Nim-Karrak, introdujo asesinos estigios en palacio para que asesinaran al rey y su corte con el fin de apoderarse del trono. Bélit contempló con horror la matanza, y sólo se salvó de la muerte porque N'Yaga escapó con ella de la ciudad. Huyeron de Shem en el Tigresa y llegaron a las Islas del Sur, la patria de su mentor. Durante el viaje, Bélit juró vengarse de su tío.
Gracias a su reputación como Chamán, N'Yaga convenció a los isleños de que Bélit, cuyo nombre significaba diosa en lengua shemita, era en realidad la hija de piel pálida de la diosa de la Muerte, Derketa. Uzumi, jefe de las Islas de Plata, autorizó de mala gana a Bélit y a N'Yaga a quedarse. Bélit creció, y aprendió a manejar la daga y la lanza. Pero, selva, soñaba con dar muerte al traidos de Nim-Karrak. Uzumi, que odiaba a Bélit por su popularidad entre las gentes de la tribu, se negó a concederle el rango de guerrero a menos que luchara con unos horribles hombres-gusano; pero su plan se volvió contra él, y los monstruos mataron a Uzumi. Bélit le sucedió por aclamación general.
Al aceptar el liderazgo, decidió que los isleños se convertirían en piratas, que se adueñarían primero del ancho mar y reconquistarían más adelante el trono de su tío. Así, durante tres años, el tigresa reinó en las aguas del sur por la sangre y el acero, y Bélit se hizo famosa como "la más salvaje de las diablesas". Durante esa época, los corsarios negros de Bélit capturaron a Conan el Cimmerio. Desde la primera vez que cruzaron miradas, Bélit y Conan compartieron un feroz y apasionado amor que ninguno de los dos había conocido hasta entonces, y juraron viajar juntos hasta los confines de la tierra y del mar. Los tres años siguientes fueron una orgía de amor y de risas, de pillaje y vagabundeos, y de huidas en el último momento.
Bélit descubrió que su padre no había muerto, sino que estaba preso en Estigia. Sin embargo, un viaje en su busca terminó en frustración y desengaño, pues descubrió que Atrahasis había sido ejecutado recientemente a fin de ganar espacio para nuevos presos en las mazmorras de Luxur. Aún más amargada por la crueldad del destino, Bélit regresó a Asgalun, donde por fin se vengó de nim-Karrak. Pero, en vez de aceptar la corona de su ciudad nativa, se marchó de nuevo, decidida a pasar el resto de su vida en los mares junto a Conan. Poco después, aunque efectivamente hallaron un tesoro a orillas del río Zarkheba, éste se encontraba en unas ruinas donde moraba una criatura alada. El monstruo mató a toda la tripulación de Bélit, y finalmente a su reina y diosa, a la que ahorcó del penol del Tigresa...
Desconsolado, Conan se enfrentó a la bestia y la mató con ayuda de Bélit, cuyo espíritu regresó de los infiernos para salvarle. Luego el cimmerio depositó el cuerpo de Bélit sobre una pira, la cubrió de joyas y, tras pegar fuego al Tigresa, lo dejó que navegara a la deriva. Este fue el final de la Reina de la Costa Negra.
Bueno, pues esto es todo hasta aquí amigos. Nos vemos la próxima semana si queréis.