Zábado Zombie (20)
Aquí Ki, caótico maligno. Después de secuestrar a Nimendil y darle una soberana paliza, me dipongo a okupar su puesto al frente del Zábado Zombie. El problema es que antes de que hicieran efecto los somníferos, el c***** de él se las arregló para patearme la huevera y por eso la entrada no ha salido a las 9:00, ya que me encontraba en el hospital y he aprovechado para hacerme con la última versión del Pentotal que... bueno, eso otro día, pequeños frikis. De todas maneras, creo que es el Zábado que más pronto ha salido.
Y ahora a lo nuestro, a pervertir jóvenes mentes inmaduras para convertirlas en mis esclavos persona... Ah, no que esto es el Zábado Zombie, toca hablar de Anna y sus tribulaciones. Con ella os dejo, pervertidos.
Anna estaba desesperada. Nadie contestaba a sus llamadas, no sabia el alcance real de la infección y para colmo, estaba atrapada en un accidente múltiple en mitad de la autopista. El edificio más cercano al que podía acceder andando era uno bajito, con muchas luces de neón resplandeciente, que se encontraba al otro lado de la carretera. Tenia todo el aspecto de una casa de citas, no esa no era la palabra en castellano, pero ahora no podía recordarla. Y estaba tan cansada… Encontrarse sola, desprotegida y con la horrible sensación de haber matado a su compañera de habitación persiguiéndola desde lo más profundo de su mente, solo mantenida a raya por la extremada tensión a la que había estado sometida. Los zombies muertos del local no eran tan importantes, al fin y al cabo, ya habían dejado de ser humanos, aunque aún le dolía haber tenido que matar a Paavo. Pero matar a las únicas personas no infectadas que había encontrado hasta el momento en un arrebato de locura... "La próxima vez tendré que asegurarme antes" pensó amargada.
Bueno, no era momento de lamentaciones, estaba en mitad del accidente. Aunque el sentido común le indicaba que era mejor dar la vuelta y buscar un camino alternativo, la posibilidad de que hubiera algún herido necesitado de ayuda le hizo bajarse de la furgoneta. No acababa de dar dos pasos cuando en ese momento uno de los camiones que se veían al final de vehículos siniestrados explosionó, haciendo que se resquebrajase el cristal delantero de la furgoneta y que volasen fragmentos variados a lo largo de toda la autopista a pesar de la distancia. En medio de la confusión, Anna vio salir entre las llamas una figura humana, o al menos humanoide, que avanzaba tambaleante hacia ella, ignorando el fuego que le rodeaba y que parecía consumir su carne volviédola liquída. No emitia ningún sonido y su avance era lento, pero continuo.
“Maldìtên câbrönen,(*) están por todas partes” pensó Anna antes de subirse a la furgoneta, dar media vuelta y salir de allí quemando neumáticos. Por el camino, tomó la primera desviación que encontró y entró en un área residencial. Aparcó enfrente de un chalet que tenía la puerta abierta. Apagó las luces, el motor y quitó la llave. Sacó el bate y se puso a reflexionar mientras lo acariciaba lentamente.
“¿Qué hago ahora?”
(*) En finés, el original
6 cosas (no) relacionadas:
“¿Qué hago ahora?”
Evitar envolverte de nuevo en una espiral de asesinatos psicópatas... xD
Creo que debería asegurarse de tener armas realmente útiles y poner trampas alrededor suyo en donde finalmente escoga dormir.
espera, cuanto tiempo ha pasado ya desde que está huye y huye? perdi la cuenta
no se, al fin y al cbo solo soy el master suplente... yo le echo unas 4 o 5 horas desde EL suceso en la habitación... deben ser las 6 o las 7 de la mañana, que bonito es el amaneceeeeeeer
Si, está amaneciendo, es más o nmenos eso, las 6 o las 7.
Y me gusta como has captado el estilo de los posts del sábado, Ki. Siempre hay que empezar excusándose por la hora de publicación. Aunque el morado que has puesto es ilegible.
mmm... no controlo tanto los colores del blog.
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