Luskan III: Fragmentos

(…) Y vimos aparecer a un hombre, con la cara demudada por el terror, dando gritos y gesticulando de manera horrible, saliendo de entre la impenetrable espesura, y detrás de él, un monstruo cuadrúpedo y armado, como salido de un infierno verde, con otro hombre loco y perturbado subido encima de él, y si los gritos del primero eran atroces, los del segundo lo eran aun mas (…)


(…) La tropa intento huir, y solo la bravura de algunos oficiales consiguió mantener un conato de orden mientras el cuadrúpedo se acercaba a los ejércitos formados y caía cuan largo era delante de los primeros, como si estuviera extenuado, si una bestia así pudiera extenuarse, y el hombre, no, ahora se veía que era un elfo, pero tan andrajoso él y tan aterrado, que parecía un hombre por cuanto la antigua raza no suele manifestar sus pensamientos, se bajaba, mas bien se caía de su espeluznante montura y se dirigía al capitán de guardia (…)


(…) Y así nos enteramos de que era todo lo que quedaba del grupo de exploradores, y que todos los demás habían muerto en medio de terribles dolores y entonces recibimos la orden de avanzar quemándolo todo a nuestro paso, y eso hicimos y las alimañas huían de nosotros y aun así muchos murieron de fiebres y ponzoñas, y a otros los perdimos en los pantanos y tierras traicioneras, y en batallas sin nombre, y al final llegamos a la ciudad dorada, pero ya no pudimos avanzar mas y allí nos detuvimos (…)

Fragmentos encontrados en el cadáver de un capitán de guardia encontrado decapitado en las cercanías de Eboracum, la ciudad dorada de Luskan