Fin de la semana zombie
La noche llegaba a su fin. Sobre la arena de la playa, teñida de sangre, se desarrollaba un encarnizado combate.
- ¡Se me ha acabado la munición! ¡No dejéis que me rodeen! ¡Khazum, cúbreme!
- ¡De acuerdo, no te muevas!
El misil anti-personal pasó a sólo treinta centímetros de su cabeza y estalló en el muro de zombies que avanzaban hacía él.
- ¡Gracias! ¡Casi me vuelas en pedazos, pero gracias!
- ¡Venga, mariconas, dejáos de charlas y acabemos de una vez con esos no-muertos cabrones!
Los redactores de Sima de Rol se defendían de la última oleada de zombies que, desde hacía una semana, atacaban la isla secreta de los blogueros. Hacía un par de horas que habían dejado de surgir desde el océano, pero todavía quedaba un centenar de ellos en pie. Después de una semana combatiendo, los redactores ya estaban cansados. No cansados físicamente, pues para eso estaban entrenados, estaban cansados de matar zombies. Aplastar cabezas putrefactas es muy divertido el primer día, pero después de un tiempo acabas harto de reventar cadáveres andantes.
Al ver que ya quedaban pocos, los seis frikis volvieron a tomárselo con alegría y atacaron con renovadas fuerzas.
- ¡Enviemos a esos hijos de puta al infierno del que han salido!
- ¡Pero si han salido del mar, no del infierno!
- ¡Joder, macho, es una expresión!
- ¡Ah, vale! ¡Pero lo que usted llama infierno, él lo llama hogar!
Cada vez iban quedando menos, hasta que al final ya sólo quedaron unos pocos. Y después, nada. Los gruñidos de los zombies, el zumbido del lanzallamas, la potente música de Manowar que sonaba desde los altavoces de la mansión, el ladrido de los AK, las detonaciones de los explosivos, el rugido de la motosierra y la risa maniaca de Ki habían desaparecido. En unos momentos, la algarabía reinante fue sustituida por el agradable silencio que precede al amanecer. La isla de Sima de Rol volvía a ser un lugar apacible.
Reunidos en la playa, los agotados redactores contemplaron la salida del sol. Uno a uno se fueron retirando hacia la mansión para disfrutar del merecido descanso. Solo las armas, colgadas en el perchero de la entrada, delataban el duro combate que se había vivido estos días.
Bueno, las armas... y los varios centenares de zombies mutilados que yacían en la playa.
5 cosas (no) relacionadas:
Si no llega a ser por las canciones de manowar...habría sido mas chungo
buena la semana Zombie! con header incluido, ni imaginaba que hubiera habido un musical, lo red Sonja no me extrañó pues hasta un muerto querría con algo así
de defensa contra los zombies hay tips extras de los hermanos de Supernatural, siempre es bueno andar en todas
la primera vez que vi una de los muertos vivientes me dio pena la chica ésa que quería a su novio a pesar de quería también comérselo y por no comérselo se come hasta al chofer
Pudriros malditos zombies. !Ja¡A quien le van a comer el cerebro ahora estos hijos de la Gran Chingada¡
Ahora son pasto de los buitres...
Hombre, Dinorider, ¿un descansito en tus vacaciones para ver zombies?
Y claro, David, con Manowar a tope masacrar zombies es mucho más fácil. De hecho con Manowar es fácil masacrar cualquier cosa.
" el rugido de la motosierra y la risa maniaca de Ki habían desaparecido"
deduzco que tanto la risa como la motosierra son mias
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