QUEEN + Paul Rodgers
El sábado pasado tocaba en Madrid la banda llamada “Queen + Paul Rodgers” (hago énfasis en el nombre por motivos que comentaré más tarde). Khazum y yo, amantes del rock and roll y grandes seguidores de Queen no quisimos perdérnoslo. Así que allá nos fuimos, al inmenso Palacio de Deportes, a hacer cola con cinco horas de antelación.
Si me permitís, voy a comentar yo primero, algo breve. Y después daré paso a Khazum, que es el verdadero conocedor del grupo, un auténtico gurú de Queen, sabedor de todas sus historias, anécdotas y oscuros secretos.
Hay muchos que dicen que Queen sin Freddie Mercury es como un viernes sin pizzas y rol. No negaré que Freddie es insustituible. Pero además añadiré que Queen sin Freddie Mercury es como un viernes con perritos y Blood Bowl. No es lo mismo, pero es igual de bueno.
Como decía arriba del todo, el concierto había sido anunciado como Queen + Paul Rodgers, y en verdad eso fue lo que vimos. Encima de ese escenario con pasarela estaban los miembros de Queen, tocando canciones de Queen, transmitiendo la magia, its a kind of magic, de Queen. Y a veces había un señor que se parecía a Chuck Norris, el tal Paul Rodgers, que ponía su voz en algunas de las canciones que no cantaban los demás miembros o el público.
El concierto, aunque he leído críticas contrarias a esto, creo que se caracterizó por su elegancia. No al vestir, no, sino una elegancia al hacer las cosas. Paul Rodgers, elegante, supo estar cuando tenía que estar, y supo no estar cuando no tenía que estar. Los antiguos de Queen, el gran Brian May y el ínclito Roger Taylor dirigieron el concierto con elegancia. Habría sido fácil dejarse llevar por la nostalgia e intentar hacer un show (must go on, claro) estilo Queen del pasado, pero no lo hicieron. Es cierto que tiraron de la fibra nostálgica del público en un par de ocasiones, pero bastante discreto, lo hicieron porque tenían que hacerlo.
Y ya aparte de los aspectos sobre la composición de la banda, que parece que es de lo que más se habla por ahí, el concierto como tal, fue un autentico concierto. Unos buenos músicos tocando unos buenos temas. Músicos virtuosos, como nos demostraron en sus respectivos solos, versátiles, pues tanto May como Taylor cantaron buena parte de los temas, y carismáticos, tenían al público en la mano.
El público. El público si que lo dio todo. A eso ayudó bastante la pasarela del escenario, que plantaba a los músicos en el centro mismo del inmenso coliseo, que por cierto estaba lleno a reventar. Momentos memorables las palmas en Radio Ga-Ga, donde Khazum entro en éxtasis, y el Bohemian Rhapsody, donde el orgasmo colectivo llegó a su máximo.
En el Bohemian Rhapsody, claro, fue un acierto que la imagen de Mercury, en la pantalla gigante, cantase toda la primera parte. De todos modos no habría hecho ni falta, pues el público la berreó entera.
Y para ir terminando, lo que más me gustó y lo que menos. Lo que más, y no podía ser de otro modo, fue Brian May.
Brian May, ese coloso de la guitarra, esa bestia parda de las seis cuerdas. Reverberante, poderoso, eléctrico. Épico, subido en lo alto del escenario, él sólo, blandiendo su Red Special cual espada cósmica, perfilado contra la negrura del espacio y las nebulosas que mostraba la pantalla, los meteoros incandescentes recorriendo el infinito espacio a las órdenes de sus acordes. Con cada uno de sus punteos, un espasmo de orgásmica intensidad recorría mi cuerpo, desde la espina dorsal a los cuernos que se alzaban de mis manos. Sin duda Brian May fue lo mejor de todo. Por encima incluso de chillar el Bohemian Rhapsody a gritos.
Y lo peor, bueno, fue que no tocaron ni el Bicycle Race ni el tema de Flash. Pero supongo que se les puede perdonar. Ah, ni los temas de Highlander, el Princess of the Universe ni el Who wants to live forever, que me gustan a mí. Pero vamos, que salvo esos ínfimos detalles fue una maravilla de concierto.
Y ahora ya le paso el teclado a Khazum, para que se explaye y os cuente cosas. Por mi parte, hasta el jueves que viene.
¿Por dónde empezar?. Bueno, bueno, creo que el posible problema "moral" que se planeteaba en la "resurrección" del nuevo grupo Queen+Paul Rodgers, era principalmente si el público iba a aceptar, tras la muerte de su ídolo Freddie Mercury, una nueva remasterización de sus éxitos, sin contar además, que debían de aceptar la noble retirada del bajista John Deacon y la incorporación de Paul Rodgers. ¿Sustituiría Paul Rodgers a Freddie?. Esa era la pregunta, y quizá por ello yo creo que entré con cierto escepticismo en el concierto, por miedo a que Queen, mi grupo de toda la vida, me decepionará.
Pero llegaron las 22h y allí se presentó la formación inglesa, tan puntual como es característico, para brindarnos uno de los mejores conciertos de rock que se han dado en mucho tiempo. Y es que comenzaron el concierto con varios temas ("Hammer to fall", "Tie your mother down", "Another one bites the dust", "I want to break free") que en 30 minutos disiparon todas las dudas del fiel público congregado esa noche. Fue un concierto muy variado y muy bien estructurado, para mi gusto, cada uno supo estar en su lugar, y supo como tomar protagonismo cuando debía.
Era obvio que no solo iban a deleitarnos con los antiguos éxitos de la banda sino que tenían que tocar alguna de las canciones del nuevo disco "The Cosmos Rocks", pero las que mejor sonaron de las nuevas, sin duda fueron "We believe" y "C-lebrity", aunque claro no fueron las que más triunfaron, y es que cuando llegó el momento de escuchar "Fat bottomed girls", "Crazy little thing called love", "The show must go on" y por supuesto "Radio Ga Ga", el público y yo mismo (como dice Nimendil) entramos en estado de extásis y comenzamos a rockanrolear todos los temas, manos arriba, abajo, a los lados, puños arriba, claro que Nimendil tampoco se quedó atrás, algo que se vería acentuado cuando tocaron EL TEMA, sí , me refiero a "Bohemian Rhapsody", en dónde Freddie nos acompañó durante el comeinzo del tema para dar pasó a que Queen+Paul Rodgers finiquitaran el temazo como ellos saben.
En cuánto a los componentes del nuevo Queen, Brian May confirmó ser, además de el mejor guitarrista del mundo, un gran músico y moderador entre la banda y el público, animándoles, hablando con ellos, y por supuesto siendo el protagonista del momento emotivo del concierto, cuando cantamos todos el "Love of my life" en honor al desaparecido Freddie. Su solo de guitarra, impresionante, los sonidos fluían desconcertantes por el pabellón, dandole enfásis a la música y haciendo enloquecer hasta a los más escépticos, que veían como el genio de la guitarra demostraba su arte, y con que clase.
Roger Taylor supo reivindicar que sigue siendo uno de los mejores baterías del globo y tuvo también su momento de protagonismo, desde el increíble solo en el que comenzó tocando con las vaquetas en un bajo los ritmos de "Under Pressure" y de "Another one bites the dust", continuó su solo tocando una sola caja de la batería........
...y terminó con la batería entera, rodeandolé, demostrando quién marcaba allí los ritmos.
Participó influyentemente en varios de los temas famosos del grupo como son "A kind of magic" o la emotiva "Las palabras de amor".
Paul Rodgers, el que a priori parecía ser el que peor caía entre el público, supo hacerse un hueco con humildad y sabiendo cuando no debía participar, y cuando debía hacer vibrar al público. Se mantuvo cercano a los espectadores, haciendo todo lo posible para que participaran y hicieran del concierto algo "orgiástico".
Lo mejor de la nueva formación, no son los temas nuevos que han hecho, sino que Brian May no haya querido ser el nuevo "prota" de la banda, ni que Paul Rodgers haya querido recoger el testigo que le dejó Freddie, por lo que creo que es importante que se guarde un sitio especial para Freddie Mercury que les lanzó al estrellato. Lo mejor del concierto "Bohemian Rhapsody", "Radio Ga Ga" y el no-deseado final "We will rock you-We are the champions" en dónde las 16000 personas que llenaban el recinto, vibraron por última vez y despidieron a la banda.
¿Lo peor?...Bueno a mí el concierto me pareció estupendo, la pantalla gigante de atrás ayudó mucho al espectáculo, el sonido estaba perfecto, ellos supieron crear el show, pero quizá eché de menos el "Killer Queen" o "Headlong" o "The invisible man", pero ésta última era díficil que la tocaran sin John Deacon. En definitiva un concierto apoteósico que sirvió para darnos un buen sabor de boca a los seguidores de la banda y para hacernos disfrutar de una noche magica, que a pesar de lo que digan las críticas, Queen+Paul Rodgers funciona como nueva creación, solo hay que verlo:
!!Larga vida al Rock¡¡