Sonata Arctica + Epica + Ride The Sky

Buenas tardes, queridos amigos frikis. Voy a hablar un poco del concierto de Sonata y Epica del pasado viernes 16, al que asistí en calidad de representante de prensa de SdR. Siento no haber hecho esta crónica antes, pero es que no he tenido tiempo.



El concierto fue en la sala La Riviera. Buena acústica, buen volumen y bonitas palmeras.

De los teloneros, Ride The Sky, no puedo decir mucha cosa, porque no los conocía y sólo llegué a ver dos canciones. Eso si, el guitarrista parecía muy auténtico.




Como grupo invitado tocó Epica. Desde mi punto de vista, hicieron una buena actuación. No interactuaron mucho con el público, aunque tampoco es que sus canciones sean cantables, salvo ese ¡Forever and ever! del Cry for the Moon.


Simone Simons, preciosa, como siempre, se ganó toda la atención del público durante los sesenta minutos que tocaron. Pero a pesar de su impresionante voz y su melena pelirroja con efectos de viento incluidos, Simone no consigue unir al grupo como líder, dejando el escenario sin un frontman que dirija la actuación. Pero no nos importa con tal de que siga haciendo giros y movimientos chulos con la melena.


El resto del grupo presenta un directo bastante bueno. Curiosamente es Coen Janssen, el teclista, el que más se movió durante la actuación con sus teclados giratorios, pero en general todos lo hicieron bastante bien y movieron mucho sus cabelleras. Y es que salvo a Ad Sluijter, el único pelo-corto, en Epica les encanta a todos mover sus melenas alocadamente cada vez que entran en éxtasis instrumental.




Y por fin llegó el turno de Sonata Arctica, que era a los que la gente quería ver. Los del club de fans incluso llevaban haciendo cola desde las nueve de la mañana para estar en primera línea.


Comenzaron con un par de temas del nuevo disco, Unia, para después seguir con sus clásicos. Intercalaron algún otro tema del nuevo, pero sobre todo tocaron del Eclíptica y del Silence, sus primeros discos, y fueron estas las canciones más celebradas por el público.


Se nota que Tony Kakko cada vez tiene más tablas y se está convirtiendo en un auténtico showman, utilizando su faceta más cómica, pero cantando con mucha profesionalidad. En medio del concierto involucró al público y nos hizo imitar los diferentes sonidos de la batería, coordinándolos con unas baquetas hasta que el resultado fue el ritmo del We Will Rock You, que todos a coro cantamos alegremente.


El resto del grupo, en su linea. Marko Paasikoski, con su cara de funeral y quieto todo el rato. Tommy Portimo, detrás de su batería. Henrik Klingenberg si que se movió bastante, con su teclado portátil tan chulo, aprovechó bastante la plataforma de detrás de la batería. Elias Viljanen encaja bastante bien con el grupo, y sustituye a Jani Liimatainen con bastante éxito. Aunque eso sí, tiene mucho menos carisma y mucho menos ego.


La única pega es que no consiguieron un sonido tan limpio y depurado como en sus grabaciones de estudio, y que salvo en los solos, el teclado casi no se oía.


El público respondió muy bien y cantó todas las canciones, durante las dos horas de espectáculo. El siempre celebrado San Sebastian fue coreado de manera espectacular, aunque sin duda la canción de la noche fue Full Moon, que, como no, encantó a todo el mundo.



En resumen, apróximadamente cuatro horas (entre los tres) de buen concierto y buen Power Metal.